Los niños tienen la capacidad de transformarse en lo que quieran con su gran imaginación, sin embargo, la realidad de los pequeños habitantes de la invasión “Cañaveral” cerca al barrio Buenos Aires en Magangué supera la ficción.
Los estudiantes inician su día a día haciendo malabares para llegar a su escuela, exponiendo su integridad física al tener que cruzar un caño a través de un viejo tronco que hace las veces de puente.
Pese a que han pedido una solución a su problema en reiteradas ocasiones a los gobiernos de turno, no han sido escuchados.
Mientras tanto, en medio de la impotencia los padres de familia ruegan a Dios para que sus hijos regresen sanos y salvos a casa.
Estudio con dignidad
Como estos niños, son varios los que en Magangué sufren por la falta de herramientas para ir al colegio. Algunos cruzan un improvisado puente, mientras que otros carecen de transporte escolar.