La edición 105 del Tour de Francia llegó a su fin y Nairo Quintana deberá esperar hasta el 2019 para volver a soñar con el maillot amarillo y así cumplir con ese gran objetivo que se plantea cada año en la vuelta más importante de ciclismo de pararse en lo más alto del podio. Nairo termina décimo en la clasificación general a más de 14 minutos del ganador, el galés Geraint Thomas del Sky Team. El ciclista colombiano no tuvo mucha suerte desde que arrancó el Tour y eso condicionó un poco sus aspiraciones para luchar por estar entre los primeros.»El primer día no comenzó bien, pero logramos librar la primera semana hasta que llegó la montaña». Aunque el de Cómbita sabía que estas etapas serían vitales para recuperar el tiempo perdido y acercarse a los favoritos es consciente de que su cuerpo no respondió como él hubiese querido. «Los días no fueron como esperaba, hubo mucho calor y no sabemos por qué me afectó».Al finalizar su participación, Nairo destacó el gran esfuerzo realizado en la etapa 17 para conquistar el Col du Portet y así obtener su segundo triunfo en un Tour de Francia. «Fue una etapa bonita y de las más importantes, la cual he ganado con bastante autoridad y que me permitió seguir con el sueño de llegar al podio». Sin embargo, sus aspiraciones se diluyeron con la caída en la etapa 18 que lo «dejó bastante noqueado para seguir luchando» agregó el de Movistar.
Seguiremos trabajando fuerte para llegar en grandes condiciones y tener éxito en los Tour que vienen».
A pesar de que Nairo no obtuvo el resultado que quería, su motivación por vestirse de amarillo sigue intacta y no dejará de trabajar por conquistar las carreteras francesas. Seguiremos trabajando fuerte para llegar en grandes condiciones y tener éxito en los Tour que vienen, para que el sueño amarillo deje de ser un sueño y sea una realidad».Este año la suerte no acompañó al ciclista colombiano en la mayor parte del Tour, pero siempre tuvo a su lado a aquellos compatriotas y seguidores que nunca lo abandonaron a lo largo de cada etapa. Algo que siempre será para él un motivo de orgullo y para seguir mejorando. «Quiero agradecerles por todos esos momentos de apoyo y de fuerza que me daban día a día, en especial, en los más difíciles. Me quedo con el recuerdo de que nunca me dejaron solo».