
A la edad de 82 años y luego de ser maestro más de la mitad de su vida, falleció ayer en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital la Divina Misericordia de Magangué, el reconocido profesor Félix Viloria Romero.
Conocido por ser el maestro y educador de varias generaciones de magangueleños y de habitantes de varias poblaciones de los sures de los departamentos de Bolívar, Sucre y Magdalena, Félix Viloria Romero, inculcó reglas de moral, disciplina, buena conducta y urbanidad, sin contar el énfasis en que sus estudiantes escribieran con la mejor ortografía posible y autor de varias frases que hoy calan la memoria de miles de profesionales que han hecho carrera en diferentes sectores de le economía colombiana.
Su vida
Para destacar hoy, precisamente a pocas horas de haber fallecido, este diario quiere recordar la vida del insigne educador, con una semblanza realizada por el periodista John Lafont Escudero, hace varios años para un diario local.

Félix Andrés Viloria Romero, nació en Magangué, el 13 de marzo de 1936, fue el último hijo de cuatro hermanos del hogar conformado por Moisés Viloria Jiménez y Ligia Romero Flores.
Cuando tenía 8 meses de nacido padeció poliomielitis, enfermedad que le dejó secuelas en su pierna izquierda, por lo que sus padres tenían plena conciencia de que él tenía que vivir de la cultura, del talento, no de trabajos materiales, como muchos otros, por eso se preocuparon por educarlo.
Ingresó por excepción al colegio femenino de Nuestra Señora del Carmen, propiedad de sus tías maternas, allí cursó hasta tercer grado, por cada año recibía medallas, menciones de honor, premios, por su capacidad intelectual, conducta, disciplina y orden.
La muerte de su madre, en el año 1954, hizo que su vida tuviera un cambio total, sus hermanos mayores estaban casados, tenían sus obligaciones, no se prestaban las condiciones económicas para que alguien le costeara sus estudios secundarios. Entonces surge su gran benefactor, Don Joaquín Clemente Meza, el director de la escuela Caldas, quien lo llamó para que se hiciera cargo del grado cuarto en ese plantel educativo, es ahí donde comienza su vocación como docente.
Sus inicios en la docencia
Su primer sueldo como educador fue de 60 pesos mensuales, pero esa no era su satisfacción, lo era un excelente rendimiento académico de sus educandos.
En el año 1957 estuvo al frente del quinto grado y logró la meta que buscaba, capacitarlos al máximo, para que ganaran y pasaran el examen de admisión que sus alumnos debían presentar en el Liceo Joaquín F. Vélez, como efectivamente sucedió, todos lo aprobaron con altas calificaciones quedando dentro de los diez primeros puestos, logro que le dio fama al plantel educativo, la cual se extendió por todas partes y llenó de complacencia a los padres de familia.
El profesor Félix, seguía al lado de Don Joaquín Meza estudiando, leyendo de 7 a 10 de la noche. Fue un gran mecanógrafo, escribía con gran rapidez, así que por sus manos pasaron muchos trabajos, para el Ministerio de Educación y la Secretaria de Educación Municipal de Magangué.
El 16 de febrero de 1959, fallece Don Joaquín Meza. Tres años después cierran el colegio, porque estaba muy lejos del centro y no contaba con bus propio para el transporte de sus alumnos.
Se notaba una gran deficiencia en la educación magangueleña, faltaban buenos colegios. En el año 1963 concibió la idea de fundar el colegio Marco Fidel Suárez, en homenaje al ilustre político antioqueño a quien admiraba mucho el profesor Viloria, admiración que inculcó a muchos de sus alumnos.
La publicidad fue transmitida por la emisora Onda del Río de esa época, anunciando la apertura del nuevo centro educativo en febrero del mismo año, se iniciaron las tareas con un éxito rotundo, tuvo el acierto de nombrar entre los profesores, unos catedráticos que dictaban clases en el Liceo Joaquín F. Vélez, esta labor se inició con doscientos niños, al año siguiente aumentó el alumnado y siguieron los triunfos del Marco Fidel Suárez.
Nunca descuidó su formación académica, en el gobierno del doctor Misael Pastrana Borrero siguió un programa de la presidencia de la república que se llamaba “El bachillerato radial” en una estación de la Radio Emisora Nacional de Colombia que funcionaba en Zambrano en el departamento de Bolívar. Compraba los fascículos de las clases en las oficinas de la antigua Caja Agraria, a partir de las siete de la noche, él escuchaba la emisora y seguía todas las enseñanzas; los exámenes los hacía en Sincelejo avalado por el Icfes, así lo hizo hasta el grado noveno, porque la Radio Emisora fue cerrada.
Los reconocimientos
En 1989 el Concejo Municipal de Magangué, le concedió la Medalla “Mérito al Buen Ciudadano”. En 1993 la colonia magangueleña residente en Barranquilla, le entregó en el Teatro Amira de la Rosa, una placa honorífica por su labor como docente, por sus servicios prestados a la niñez y juventud de Magangué. En el 2001 la Cámara de Comercio de Magangué le concedió una honorable placa. En 2002, el 8 de diciembre el Consejo Directivo del Liceo Joaquín F. Vélez con la complacencia del señor rector, Pablo Iriarte Lara y todos los profesores de esa institución le otorgó el título de “Bachiller Honoris Causa”.
La vida de Félix Andrés Viloria Romero, maestro de maestros, se puede describir como de vocación, de consagración, entrega total a la educación y a la cultura. Inolvidables las lecciones de buenos modales que daba a sus estudiantes, zapatos embolados, pañuelo, peinilla, uñas limpias y peinado impecable, eran las reglas de oro para poder ingresar a la formación previa al inicio de clases en el Colegio Marco Fidel Suárez, comunidad educativa que sagradamente asistía en pleno a Misa todos los domingos en la Iglesia de San Pío Décimo.
Educó generaciones
Muchos niños, niñas y jóvenes que tuvieron el privilegio de recibir las enseñanzas del profesor Viloria, se destacan como profesionales en diferentes lugares del país e internacionalmente, teniendo un haber de educación, formación ética, valores y principios , que les ha de permitir una buena conducción en su vida intelectual.
Se sintió dichoso en su momento por haber cumplido las bodas de oro, 50 años de vida en la docencia.
Durante toda su vida entregó afecto, estimación, y gratitud a todos, para sus ex alumnos, amigos, coterráneos, para los magangueleños por nacimiento o por adopción, para las autoridades civiles, militares y eclesiásticas, gratitud por todo lo que hacen y realizan en bien de Magangué. Decía que su labor de docente terminaría con la misma consagración hasta cuando Dios en su infinita misericordia se lo permitiera, y ayer la voluntad del Creador, decidió que su vida terrenal, de servicio y dedicación se apagara.
Al final una la frase del maestro Félix Viloria Romero: “Con esfuerzo y disciplina se llega a la cima”. Otra: “Más vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto”.
el cuerpo del profesor Viloria esta siendo velado en la funeraria Los Olivos, sus exequias serán el día de hoy a las 3 de la tarde en el Cementerio Jardines de la Candelaria