En los últimos años ha habido una creciente e incontrolada instalación de reductores de velocidad en Magangué, que está generando quejas por parte de conductores y trancones en zonas donde no los había y que no son propiamente puntos escolares o residenciales.
En principio las autoridades viales acudían a una demarcación con pintura retrorreflectiva y la instalación de tachas y/o estoperoles como reductores de velocidad que cumplían con su objetivo.
Sin embargo, de un tiempo para acá están siendo reemplazados por dispositivos mucho más robustos y altos, denominados resaltos.
No se sabe a ciencia cierta cuántos resaltos o «policías acostados»como se conocen coloquialmente, hay en el casco urbano de Magangué. Nada más en la Avenida Colombia hay más de 12, algunos en mal estado.
«Esos policías acostados están dañando vehículos y enfermando personas, que ya sufren de dolores en los huesos», dijo Jorge Cohen, conductor.
Para tener en cuenta
La pregunta que surge entre los conductores, es si existe alguna normativa referente para el uso de los reductores, pues en ciertas zonas hay resaltos ‘acaba carros’, algunos de los cuales han sido instalados por los propios habitantes de algún barrio y sin estudio técnico.
Para las autoridades viales del país, la instalación de estos dispositivos tiene como objetivo disminuir el riesgo de fatalidades en los siniestros viales, que en la actualidad son la primera causa de muerte violenta en Colombia.
Según el Instituto de Medicina Legal, en 2018 se registraron 6 mil 479 muertes en siniestros viales, en donde un alto porcentaje fue debido al exceso de velocidad.