Según la Procuraduría, desde el principio se advirtió que los compradores no contaban con el músculo financiero para cumplir con esa responsabilidad. Estos fueron los problemas que encontró la liquidadora de Saludcoop.
La decisión tomada por Ángela María Echeverry, liquidadora de Saludcoop, de terminar los contratos con base en los cuales Medimás asumió la atención de más de 4 millones de usuarios de Cafesalud hace poco más de un año, es solo la última etapa de una larga crisis que comenzó con el descalabro de Saludcoop.
Hace año y medio, cuando se anunció la venta de Cafesalud, ya era evidente que la empresa se había hecho inviable.
Desde 2015, la entidad asumió la atención de los usuarios de Saludcoop, luego de que se descubrieron las presuntas irregularidades que llevaron al inicio de una investigación penal contra su presidente, Carlos Palacino, pero la entidad no logró superar los problemas financieros y se fue encaminando a una nueva crisis.
El entonces presidente de Cafesalud, Luis Guillermo Vélez, afirmó en ese momento sobre la entidad: “ha tenido una acumulación de pasivos importante y llega con una necesidad imperiosa de que quien la adquiera adopte un modelo de salud que pueda funcionar. Cafesalud llega a este proceso con una red medianamente activa y, aunque tenemos dificultades, estamos garantizando la atención de todos los usuarios”.
La contratación de una nueva empresa prestadora de salud que asumiera esa responsabilidad se veía como una posible tabla de salvación para garantizar la atención de los que en ese momento eran más de 6 millones de usuarios en todo el país.
Sin embargo, la contratación de Prestasalud, la entidad que fue escogida para ese fin, dio lugar, desde un principio, a críticas de quienes afirmaban que la empresa no tenía el respaldo financiero ni la experiencia para asumir esa responsabilidad.
En ese momento, el procurador Fernando Carrillo advirtió que Prestasalud no era una empresa como tal sino un consorcio de IPS, lo que hacía que careciera “de entes que directamente cuenten con experiencia en materia de aseguramiento en salud”.
“Para la Procuraduría General de la Nación, no es equiparable la experiencia en la prestación de servicios de salud a la experiencia en materia de aseguramiento en salud, siendo esta última la necesaria para este proceso de venta en curso», manifestó la entidad en una comunicación que le envió en ese momento a la liquidadora.
Además, había dudas sobre la capacidad financiera de la nueva prestadora de servicios y más aún si a través de la figura de la compensación, se permitía que en el precio que iba a pagar el consorcio se incluyera el valor de deudas que Cafesalud tenía con las IPS que lo conformaban.
Año y medio después, algunas de estas preocupaciones parecen haberse concretado.
Según la liquidadora, el incumplimiento de Medimás se ha traducido en los siguientes problemas:
– 8 de las 19 clínicas con las que se prestaba el servicio fueron cerradas.
– Se incumplió el pago de los cánones de arrendamiento de las clínicas, en los que se llegó a adeudar 32 mil millones de pesos.
– En el pago de las acciones de Cafesalud, habría una mora de más de 90 días. Según la liquidadora, se deben actualmente las cuotas de julio, agosto y septiembre y solo la semana pasada se cancelaron las de mayo y junio.
– Según la Procuraduría, la deuda en más de $74.101 millones de pesos, sin incluir los intereses de mora.
– En el pago de las acciones de Esimed no se ha hecho un solo pago por este concepto, por lo que a la fecha la deuda total asciende a $17.500 millones de pesos, más intereses de mora.
– De acuerdo con la Procuraduría, los incumplimientos económicos ascienden a más de $125 mil millones de pesos, sin contar intereses.
Los voceros de Medimás, por su parte, aseguraron que la operación recibida de Cafesalud “no daba las garantías plenas de prestación de servicios a los afiliados” y tenía lo que denominaron vicios ocultos.
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Según ellos había 5 millones de atenciones represadas por un costo de 480 mil millones de pesos y no se habían liquidado más de 160 mil trámites legales.
“Sin embargo, a pesar de los vicios ocultos del negocio por parte del oferente y de sus incumplimientos, Medimás EPS siempre ha sido responsable con el cumplimiento en el acceso a los servicios de salud de los usuarios”, afirmó en un comunicado.
Además, aseguran que en el periodo que han estado a cargo de los servicios han presentado mejoras significativas y acusaron al procurador y a la liquidadora de provocar pánico en los usuarios de la entidad.
Aunque ambas partes han sido claras en asegurar que la situación no afectará la atención a los usuarios, la disputa jurídica apenas comienza y tendrá que resolverla un tribunal de arbitramento, que definirá si fue válida la terminación de los contratos.