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A contados doce días para el debate electoral a Congreso de la República, todos los movimientos y partidos políticos se alistan a afinar sus campañas con miras a enfrentar uno de los comicios más reñidos de la reciente historia de Colombia, no tanto porque se debatirá la suerte de quienes conducirán el país en los próximos cuatro años, sino porque se definirá sin duda el gobierno central en cabeza de un nuevo presidente de la República.
En este momento entran los movimientos políticos a primer grado de acuartelamiento visible en donde se puede observar una reñida competencia entre los candidatos de derecha,izquierda e independientes para alcanzar el favor popular en medio de disputas intestinas que raya la decencia y la dignidad humana de las personas en contienda.
Sería importante que en estas dos semanas que restan para el debate electoral, el pueblo en particular reflexione sobre su verdadero papel en la democracia participativa, sin pensar primero en el provecho personal con el beneficio vulgar de la compra venta del voto, sino más allá de sus narices, meditar sobre el futuro nuestro en el cuatrienio que se avecina.
En Magangué, por ejemplo analizamos que, el debate en esta oportunidad se ha vuelto monótono en materia de participación popular, comenzando por el corto tiempo de campañas, falta de propuestas claras por parte de los candidatos, fatiga ciudadana, incredulidad y pare de contar de otros factores que desdibujan el panorama democrático de frente a las elecciones.
Colombia espera en esta cuenta regresiva, que el pueblo sepa elegir sin presiones.