HA CONSISTIDO EN DEVOLVER AL PUEBLO SU PARTICIPACIÓN CIUDADANA, CON EL APORTE VOLUNTARIO MONETARIO Y HUMANO, MIENTRAS EL MUNICIPIO APORTA LOS MATERIALES PARA LA EJECUCIÓN DE OBRAS CIVILES EN CONCRETO RÍGIDO DE CALLES, CARRERAS Y AVENIDAS. PEDRO ALI ALI TAMBIÉN HA GANADO SALDOS POLÍTICOS EN ESA CAMPAÑA PORQUE SU IMAGEN HA CRECIDO COMO LA ESPUMA.

La historia de la pavimentación de vías urbanas de Magangué es tan vieja como la propia ciudad. Cuando supuestamente don Diego de Carvajal fundó a Magangué en 1.610, la dejó llena de lodazales, trochas y caminos de herradura, como para que quienes lo sucedieran echaran pa´lante este pueblo.
Luego, cuando ya Magangué se «despluma» como puerto fluvial, el índice de desarrollo urbano era escaso a juzgar porque sus calles, carreras y avenidas estaban destartaladas, a cielo abierto, polvorientas y mal olientes. Con la municipalización a comienzos del siglo XX, Magangué empieza a tomar un viraje a fuego lento con obras de infraestructura urbana que solo se medía por las contadas calles que tuviera pavimentadas en el centro de la población.
Las obras «pretileras»
Como dijera un conocido periodista magangueleño, ya fallecido, Carlos Madrid Comas, a Magangué se le ha engañado en su desarrollo a punta de obras pretileras. «Todas las administraciones municipales de Magangué poco o nada tiene que mostrar sino pavimento», esa es la realidad, porque no ha existido visión de desarrollo urbano, excepto dos contadas con los dedos.»
La historia de la pavimentación en este puerto se remonta en efecto a la administración del alcalde Juan Pedro Díaz, que entre otras cosas le correspondió dirigir la construcción de la muralla de la Albarrada, mal trazada, obra del Ministerio de Obras Públicas hace más de cincuenta años.
Después fueron desfilando alcaldes que aportaban su granito de arena, echando concreto a la lata en calles del centro de la ciudad.
Muchos niveles de pavimento se perdieron al vaivén de las inundaciones del rio que dejaron por debajo los cimientos de edificaciones en la zona céntrica.
En ese orden se puede recordar a muchos alcaldes que se esmeraron por embellecer el entorno urbanístico de Magangué y de paso mejorar el nivel de vida de la comunidad. Pero, en firme se recuerdan obras de pavimento en la avenida Colombia, sector parque Las Américas y la calle Caldas, por el el alcalde Farid Arana Delgadillo; la avenida San José y calle 16 A, por el alcalde Bernardo Ramírez del Valle; avenida Colombia, tramo San Pio parque las Américas y calle 20 de Olaya, por el alcalde Napoleón Garavito Acosta; la calle central del Trinche ( barrios Alfonso López y Si se puede) por Alfredo Posada; calle central dos de Noviembre y otros barrios, por el alcalde Hernando Padauí Alvarez; avenida Colombia, tramo San José – Jardines La Candelaria y otros barrios, por el alcalde Jorge Cárcamo Alvarez; avenida Colombia, tramo San José – San Pío y avenida Lequericavélez, por el alcalde Gonzalo Botero Maya; Avenida del Diocesano y Jarillón Sur en asfalto por el alcalde Jorge Alfonso López, avenidas Colombia, San Martín y Diocesano nuevamente en concreto, por el alcalde Marcelo Torres.
La «revolución del pavimento»
76 por ciento de encuestados aseguran que el alcalde Alí lo ha hecho bien en estos últimos tres años
Todo lo anterior relatado hace parte de un eslabón de la historia urbana de Magangué. Pero ahora vamos a la otra era del desarrollo comunal en cuanto al mejoramiento de vías.
Por iniciativa propia el actual alcalde de la ciudad Pedro Alí Alí, con recursos propios de captación de recursos del municipio, durante el tercer año de mandato en 2018, la administración desplegó una campaña popular denominada la «revolución del pavimento «, la cual ha consistido en devolver al pueblo su participación ciudadana, con el aporte voluntario monetario y humano, mientras el municipio aporta los materiales para la ejecución de obras civiles en concreto rígido de calles, carreras y avenidas.
Pedro Ali Ali también ha ganado saldos políticos en esa campaña porque su imagen ha crecido como la espuma
Para muchas comunidades marginadas de barrios subnormales sumidas en el olvido, esa idea ha sido redentora porque no solo ha mejorado el entorno de sus asentamientos, sino también permite el libre acceso de rutas vehículares, ofrece a los niños esparcimiento y ha generado desarrollo social.
Más de ciento cincuenta calles fueron recubiertas de concreto en todo el perímetro urbano de Magangué y algunos corregimientos en el 2018 y todo indica que en este 2019 continuará esa «revolución». Pedro Ali Ali también ha ganado saldos políticos en esa campaña porque su imagen ha crecido como la espuma a diferencia de otros mandatarios municipales del país que tienen a esta hora un nivel de popularidad por el suelo.
76 por ciento de encuestados aseguran que el alcalde Alí lo ha hecho bien en estos últimos tres años, porque a pesar de las dificultades e incomprensiones, está logrando cumplir su meta de dejar una ciudad organizada, por lo menos con obras de impacto social.
Hoy Magangué tiene otra cara en sus barrios, los colectivos, taxis y mototaxis tranquilamente pueden penetrar a zonas que antes eran de difícil acceso, como por ejemplo Girardot, Nueva Colombia, Costa Azul, Santa Rita, entre otras. Y los corregimientos ni se diga, en este momento por primera vez muchos de éstos saben que es el cemento en las calles.
Y el centro qué?
La pregunta del millón que se hacen los magangueleños a esta hora, es si el alcalde en su último año de gobierno dejaría como huella indeleble el mejoramiento del entorno céntrico de Magangué, en cuanto al reparcheo o repavimentación total de vías como la Albarrada, avenida Colombia (sector Mercayá), calle Santa Lucía, calle La Esperanza, entre otras, las cuales presentan un estado lamentable como si hubiesen sido bombardeadas por morteros en una guerra.
Ese sería el reto del alcalde Pedro Ali en su último año de mandato, antes que entre la ley de garantía, porque después de muerto para qué cachucha, dice el adagio popular.