
En 1999 un grupo de habitantes con justicia quiso convertir a Magangué en la sede del Gobierno Departamental, erigiéndose así en la primera población del país en tener una Vicegobernación.
El propósito fue el de acercar un poco más el Gobierno a la comunidad, servir de puente con Cartagena y buscar alternativas a los muchos problemas que afectaban en ese entonces a los más de 550 mil habitantes diseminados en los 15 mil 300 kilómetros cuadrados que conformaban los 22 municipios ubicados en el otrora ensoñador y cautivante sur de Bolívar.
¿Ha servido esta dependencia? Para algunos no. Según analistas y expertos la inoperancia de la llamada Dirección de Gestión Territorial para el Sur de Bolívar, la ha convertido en otro foco burocrático, por donde han pasado funcionarios sin pena y sin gloria (salvos contadas excepciones), satisfaciendo única y exclusivamente el apetito clientelista de los gobernantes de turno.
Inoperante
El Vicegobernador (a) por lo general es una “corbata”, como se le suele llamar a los funcionarios que simplemente son contratados para calentar una silla, adular a su jefe directo (Gobernador) y disfrutar de un cuantioso sueldo.
Por lo tanto, esta dependencia nunca y jamás podrá generar desarrollo. Para sacar tal conclusión, sólo basta con analizar la realidad actual de Magangué y del sur de Bolívar.
En esta zona del departamento se encuentran las poblaciones con más problemas sociales y las más atrasadas en materia de salud, educación y servicios de cuantas hay en el país.
Así las cosas, pese a que se tiene una buena sede y recientemente fue nombrada una nueva funcionaria, sino se formulan proyectos para beneficiar a la región y si no se proponen acciones importantes en pro de los ciudadanos, la Vicegobernación será una entidad “corbata”, un hazmerreir en lo público.