Colombia se apresta este 26 de agosto a realizar la consulta Anticorrupción, en la cual los colombianos tienen la oportunidad de sentar un precedente entorno a este flagelo que se ha enquistado en las instituciones públicas de los tres poderes de la nación.
Esta participación ciudadana consagrada en nuestra Constitución, tendrá un costo superior a los trescientos mil millones de pesos y para lograr su aprobación deben asistir a las urnas más de catorce millones de colombianos.
Absurdo ver que en un país civilizado que se jacta de justo y democrático se tenga que realizar una consulta para que los servidores públicos no se roben la plata.
Cifras del Contralor General, señalan que al año los de cuello blanco se apropian de más de nueve billones de pesos del tesoro nacional.
Plantea la consulta la reducción salarial de los congresistas, punto más que justo porque no tiene presentación el desbordado salario de un congresista que supera los treinta y un millones de pesos al mes, mientras que el salario mínimo de un colombiano de común no llega ni siquiera al millón de pesos y este ultimo si trabaja de sol a sol.
Bueno de esta consulta, que se limite el tiempo de permanencia de los congresistas en ese recinto porque muchos de ellos se anquilosaron en sus curules sin méritos y convirtiéndose en parásitos de la política nacional.
Bueno también, porque de esta manera se oxigena y renueva la clase dirigente política de la nación que buena falta que le hace.
Buena, porque si se aprueba, los corruptos no tendrán más el beneficio de casa por cárcel, ni podrán seguir contratando con el Estado.
Buena porque los congresistas deberán hacer públicas sus declaraciones de renta.
Vista desde varias ópticas la consulta es buena y puede ser un buen punto de partida para cambiar muchas cosas en nuestro país que se han convertido en un verdadero lastre.
Es bueno recordar que en ocho oportunidades al interior del congreso se ha presentado esta iniciativa de auto reformarse y ha sido hundida por los mismos parlamentarios. Por eso no es raro que por primera vez se esté viendo a partidos reculando la iniciativa o políticos ofreciendo dadivas no para que se vote, sino para que la gente no asista a las urnas.
Colombia no puede pasar a la historia del mundo, como el único país en cual se hace una consulta por la paz y la gente vota no y se realice otra consulta para que no se roben los recursos de todos los colombianos y nuevamente digamos que no. No podemos ser el hazme reír de la comunidad internacional.