
El primer ministro británico, Boris Johnson, fue ingresado este domingo a un hospital como medida de “precaución” ante los “síntomas persistentes” provocados por el covid-19, anunció un portavoz de Downing Sreet, diez días después de haber dado positivo por coronavirus.
“Siguiendo las indicaciones del médico, el primer ministro fue admitido esta noche en un hospital para unos exámenes”, anunció Downing Street en un comunicado, en el que indicaba que se trataba de una “medida de precaución”.
Johnson, de 55 años, informó de que había dado positivo por el nuevo coronavirus el pasado día 27 de marzo y ha permanecido aislado desde entonces en su residencia oficial en Londres.
Más temprano el mismo día, el gobierno británico amenazó con endurecer el confinamiento si la población no lo respetaba, horas antes de un excepcional discurso televisado de la reina, Isabel II.
El 23 de marzo, el ejecutivo británico decretó un confinamiento de al menos tres semanas, durante las cuales los ciudadanos solo pueden salir de casa para comprar, recibir atención médica o hacer ejercicio, una vez al día.
“Si no quieren que decidamos prohibir todo ejercicio físico fuera de casa, cumplan las reglas”, advirtió este domingo en la cadena de televisión Sky News el ministro de Salud, Matt Hancock, lamentando que una “pequeña minoría” siga sin respetar las normas.
La medida contaría con el apoyo del Partido Laborista, principal formación de la oposición, aseguró su nuevo líder, Keir Starmer.
Según el último balance publicado el domingo, 4.934 personas han muerto de coronavirus en los hospitales británicos, del total de 47.806 casos registrados oficialmente (+5.903).
El debate sobre el cumplimiento de la cuarentena no estuvo exento de polémica, después de que la prensa publicara unas fotos incriminatorias de la jefa de los servicios sanitarios escoceses, Catherine Calderwood, quien reconoció este domingo que había incumplido las normas al haberse desplazado en dos ocasiones a su residencia secundaria.
Calderwood pidió disculpas y admitió su “error” y que “lo que [hizo] estuvo mal”, pero descartó dimitir.
Por su parte, también la reina Isabel II quiso implicarse para lograr que la población se atenga a las reglas para frenar al propagación de la COVID-19, y animará a los británicos a demostrar “autodisciplina” y “determinación” frente a la pandemia.
Se trata de un discurso excepcional, pues la monarca solo ha realizado otros tres de ese tipo en sus 68 años de reinado, al margen del tradicional de Navidad de cada año