
La irresponsabilidad de algunas personas, entre vendedores y compradores en el mercado público de Barranquilla, se hace evidente, pues no han tomado nada en serio sobre el peligro que entraña el virus del Covid-19, que ha devastado y dejado desolación en varios países del mundo, que también creyeron que se trataba de una broma.
El llamado a las autoridades a que metan en cintura a las personas que aún no creen y por tanto se resisten a atender las órdenes del Gobierno Nacional, de tomar todas las medidas de prevención para aquellos que por circunstancias excepcionales deben seguir prestando un servicio público esencial, quienes deben dar el mejor ejemplo, porque están dentro de los facultados para salir, atender personas y cumplir con una labor donde se da la interacción.
Las personas que no están dentro de las excepciones, deben confinarse y aislarse tal como lo establece la norma, de lo contrario se harán acreedores a fuertes sanciones, hasta penales.
Pero en el entretanto, hay muchos otros que desatendiendo las órdenes, se pasan por la faja los llamados de las autoridades, a los cuales hay que aplicarle indefectiblemente las sanciones que establece la norma.
En una visita hecha por el Diario La Libertad se puede observar que no se dan las mínimas normas de prevención en cuanto a manipulación y venta de alimentos, lo que sugiere que esto podría convertirse en un verdadero foco de infección.