Analistas coinciden en que el presidente quedó en un momento muy complicado y que su legitimidad, sin haber llegado al tercer año está muy debilitada.

La renuncia del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, hecha oficial en la tarde de este lunes, y su remplazo por el ministro de Comercio, José Manuel Restrepo, es la más reciente de las movidas con las que el presidente, Iván Duque, busca recuperar la gobernabilidad de su administración, seriamente comprometida por el fracaso de la reforma tributaria.
Carrasquilla lo dijo con claridad en el comunicado en el que anunció su retiro: “Mi continuidad en el Gobierno dificultaría la construcción rápida de consensos”.
Después de anunciar el retiro del proyecto de reforma tributaria, Duque inició un proceso de diálogo con los partidos con el busca concertar una reforma tributaria que sigue considerando necesaria.
Sin embargo, la invitación se ha quedado corta por el momento. En el primer día de diálogo solo asistieron a la cita aquellos partidos que hacen parte de la coalición de gobierno, el Centro Democrático, La U y los conservadores.
Los voceros del Centro Democrático fueron los primeros en llegar a la Casa de Nariño. Por el Senado asistió Gabriel Velasco y por la Cámara, Edwin Ballesteros. A la reunión también asistió el expresidente Álvaro Uribe, cabeza de ese partido, quien aún no se ha pronunciado frente al retiro de la reforma. Velasco al final de la reunión aseguró que se debe crear un proyecto de ley simple, con pocos artículos y que pueda generar consensos en la mayoría del Congreso.
Al comienzo de la tarde, llegó la presidente del Partido de La U, Dilian Francisca Toro. La dirigente de la colectividad ha insistido en que se debe escuchar a los ciudadanos y liderar un diálogo nacional.
Los conservadores llegaron más tarde. Insistieron en que en el nuevo proyecto de reforma deben pagar más quienes tengan más. Además, se comprometieron a no acompañar “medidas como el cambio de exentos a excluidos en productos de la canasta familiar, gravar con IVA los servicios públicos, los combustibles, el impuesto a las pensiones y ampliar la base gravable para que personas a partir de 2.500.000 pesos paguen impuesto de renta”.
Por el lado de los independientes, los miembros de Cambio Radical aseguraron que no han sido invitados a ninguna reunión y que de serlo no asistirán pues “cualquier decisión será tomada en bancada”. Algo similar aseguró el Partido Liberal. Aseguró que desde el gobierno de Iván Duque nadie se ha comunicado con ellos y de hacerlo no asistirán porque cualquier reforma tributaria tendría que ver con un aumento de impuestos para la clase media. Desde el gobierno siguen los acercamientos con algunos miembros claves de esas colectividades.
La oposición, por su parte, asegura que desde el Gobierno nadie los ha convocado para ninguna reunión. Sin embargo, ya hay sectores que insisten en que se debe convocar a todos los sectores incluida la oposición. Edward Rodríguez, representante a la cámara del Centro Democrático, indicó que si no se llama a los partidos opositores no se podrá llegar a un buen consenso.
El ministro del Interior, Daniel Palacios, explicó que este lunes se reunió con todos los sectores políticos que pertenecen a la coalición de gobierno (conservadores, La U, el Centro Democrático y los partidos cristianos), pero el martes será el turno para reunirse con los sectores políticos de oposición.
“Será el turno de sectores políticos que no hacen parte del Congreso como la coalición de la esperanza para ir avanzando en esa gran conversación para buscar consensos sobre la eventual reforma pero también para hablar temas de la agenda nacional”, dijo el jefe de la cartera.
Agregó que “esto es parte de la conversación que también adelantarán los ministerios hablando con los sindicatos, las centrales obreras, el sector educativo, el sector del transporte y la agricultura para tener esa conversación con todos los sectores”.
La Coalición de la Esperanza, conformada por Carlos Amaya; Juan Fernando Cristo; Humberto De La Calle; Sergio Fajardo; Juan Manuel Galán; Jorge Londoño; Iván Marulanda; Sandra Ortiz; Ángela María Robledo; Jorge Enrique Robledo y Antonio Sanguino, publicó una carta que será la base para el diálogo con el presidente de la República.
En la misiva los precandidatos a la presidencia le piden al presidente escuchar a todos los sectores; mantener las ayudas sociales y, en concordancia con el ‘Pacto Histórico’ de Gustavo Petro desmontar la reforma tributaria del 2019. Además de suspender la compra de aviones de guerra y piden revisar la proyección de aumentos de gasto de inversión en 64%.
Petro, por su parte, ha enviado cartas al presidente Duque en la que solicita un encuentro del mandatario para hablar sobre temas fundamentales del país.
“En mi calidad de vocero de la oposición en Colombia, el pasado 31 de enero, por redes sociales, solicité a usted un diálogo directo para construir conjuntamente una agenda nacional para tramitar la crisis generada por la pandemia de la COVID-19. Esa solicitud tuvo alguna indagación por parte de sus asesores”, dijo Petro en su última misiva. Dicha reunión aún no se ha dado.
El mismo Petro en una rueda de prensa que entregó junto al llamado Pacto Histórico hizo un llamado para que el presidente derogue la reforma tributaria del 2019.
Según el precandidato, “fue ahí donde comenzó el exabrupto de la política económica del país. Ya los sectores económicos pagaban unos impuestos en base a una teoría falsa que dice que si se le disminuyen impuestos a la gente del capital entonces aumentará el recaudo del Estado. Le propongo a Duque que está debilitado y acosado que derogue la ley de reforma tributaria del 2019 con ello aumentará el recaudo del Estado, las calificadoras mantendrán la calificación de Colombia y los bonos bajarán en su tasa de interés. Ya con eso podremos dedicarnos, en la paz social, a tratar de vacunar a toda la población colombiana”.
La soledad de Duque
Hacer cuentas de un proyecto que aún no está en el escritorio de las comisiones económicas es imposible. Sin embargo, la coalición anunciada por el presidente Iván Duque solo cuenta con los votos seguros de los conservadores, La U y el Centro Democrático y de seguir así solamente se va a quedar con esos votos.
Analistas coinciden en que el presidente quedó en un momento muy complicado y que su legitimidad, sin haber llegado al tercer año está muy debilitada.
Para Carlos Arias, docente de la Maestría de comunicación política de la Universidad Externado, “el presidente políticamente queda en el peor de los mundos porque no tiene el apoyo de su partido, porque al interior de su partido por encima y por debajo de la mesa ya se han manifestado disidencias alrededor del respaldo al presidente no solo por el manejo de la reforma sino por la falta de liderazgo dentro de su partido. Él ha recibido críticas por no colocar como protagonistas del gabinete a miembros del partido de gobierno sino a miembros del santismo”
Indicó, además, que se está enfrentando incluso al malestar de su propio partido, porque, después del fracaso de la reforma tributaria, los miembros del Centro Democrático van a tener que salir a pelearse los votos para las elecciones del próximo año, pese al descrédito que esa reforma le produjo a la colectividad.
“El presidente también queda en el peor de los mundos porque no tiene margen de maniobra frente a la opinión. Además por primera vez la opinión pública se une para decirle no al presidente. Su legado político queda reducido a nada”, agrega.
Por otro lado, Mauricio Jaramillo, profesor del programa de Ciencias Políticas de la Universidad del Rosario sostiene que con los hechos “el gobierno queda muy debilitado, no por haber reculado sino por haberlo hecho tarde, la cifra de muertos y destrucción sugiere que se demoró y además no tuvo en cuenta las exigencias del paro de 2019. Además, perdió a uno de los más fuertes de su gabinete el ministro Carrasquilla quien lo había acompañado en campaña y fue una de las cabezas detrás del planteamiento económico de su gobierno”.