Francisco de Asís vivió hace 800 años en Italia donde fundó la Orden Franciscana y de las Hermanas Clarisas. Se trata del primer gran hombre que soñó con un entorno sostenible, un planeta en armonía con todos sus seres. Aquel que promovió un nuevo acuerdo con la naturaleza y una confraternización universal.
Ese personaje valioso se conoce hoy con el nombre de San Francisco de Asís, proclamado patrono de la ecología, pero sobre todo santo patrono de los animales, por su dedicación genuina, su conmiseración, el máximo cuidado y entendimiento a nuestros “hermanos menores”.
En Francisco de Asís encontramos valores que hemos extraviado, como la capacidad de encantarnos ante el esplendor de la naturaleza, la reverencia delante de cada ser, la cortesía con cada persona, el sentimiento de hermandad con cada ser de la creación, con el sol y con la luna; o con el perro y el gato, que aman por igual a un amo así conduzca un mercedes por paseo o esculque en la basura por alimento.
Francisco realizó una síntesis feliz entre la ecología exterior (medio ambiente) y la ecología interior (paz interna) hasta el punto de transformarse en el arquetipo de un humanismo tierno y fraterno, capaz de acoger todas las diferencias. Dedicó buena parte de su vida al cuidado y protección del entorno natural, particularmente de los animales, a los cuales llamó, nuestros hermanos menores.
Demostró que existe grandeza en un ser humano a partir de la atención y amparo que prodiga a las criaturas del universo. Por ello alguna vez sentenció: “Si existen hombres que excluyen a cualquiera de las criaturas de Dios del amparo de la compasión y la misericordia, existirán hombres que tratarán a sus hermanos de la misma manera”.
En honor a este santo, uno de los más genuinos y coherentes muchos años más tarde se estableció el Día Mundial de los Animales. Fue creado el 4 de octubre de 1929 por iniciativa de la Organización Mundial de Protección Animal en congreso celebrado en Viena. En 1980 el papa Juan Pablo II, declaró a san Francisco de Asís patrono de los animales y de los ecologistas, momentos a partir del cual esta celebración tomó más auge a nivel mundial, celebrándose en muchos países con la «bendición de las mascotas».
San Francisco de Asís conservó la inocencia como claridad infantil en la edad adulta que devuelve frescura, pureza y encanto a la penosa existencia en esta tierra. Aquí se encuentra la relevancia innegable de un modo de ser para el espíritu ecológico de nuestro tiempo, carente de encantamiento y de magia.
Hoy buena parte de la humanidad por la inspiración de este gran hombre ha volcado la atención hacia sus animales, especialmente a los de compañía, a sus mascotas, a sus hermanos menores, sus perros y gatos.
Muchas enseñanzas deja este santo, que fue el primero en concebir oficialmente un modelo de asentamiento humano y urbano, armonizando a todos los actores de la naturaleza o del espacio público como se diría hoy. Ese primer formato o maqueta se conoce con el navideño nombre de pesebre. Pero entre sus múltiples legados para conmemorar el Día Mundial de los Animales el 4 de octubre nos dejó ese hermoso poema.