
Los efectos del desabastecimiento de gas natural en Valle del Cauca, Caldas, Quindío, Risaralda y Cauca ya comienzan a sentirse con mayor fuerza en el sector transporte, los establecimientos comerciales y los hogares.
Esta contingencia, generada por una anomalía térmica detectada en la zona del volcán Cerro Bravo (Tolima) –que obligó a frenar el suministro por un gasoducto del sector–, afecta a casi dos millones de habitantes de estas regiones y la solución no parece cercana.
Cabe recordar que la Transportadora de Gas Internacional (TGI) lanzó una alerta el domingo pasado por la detección de temperaturas superiores a los 600 grados centígrados en la tubería del gasoducto que va de Mariquita a Cali. Según la TGI, la situación es crítica “debido a una condición anormal que podría afectar la integridad de la tubería”, evento que no tiene relación con alguna actividad volcánica en Cerro Bravo o en el volcán Nevado del Ruiz, según lo informó el Servicio Geológico Colombiano (SGC).Pero, aunque esto ya está descartado, las autoridades no han podido establecer las causas del fenómeno. Lo único que se sabe hasta ahora, según informó el Ministerio de Minas y Energía, es que “por sus características, con altas concentraciones de metano, esta anomalía tendría otro origen que podría ser orgánico o producto de actividades humanas”.En un comunicado, la cartera informó que la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres será la encargada de establecer las causas, para lo cual se instaló un Puesto de Mando Unificado (PMU) con el apoyo de otras entidades. Asimismo, la ministra Irene Vélez destacó en rueda de prensa que, para esta tarea, “el apoyo técnico de Ecopetrol es absolutamente crucial.
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