Por FRANCISCO FIGUEROA TURCIOS
Sesenta y cinco años después de la muerte de Cayetano Gentiles en el ´Callejón de las Cortinas”, contigua a la plaza principal de Sucre, Sucre, en una apasionada y turbia historia de amor que inspiró a Gabriel García Márquez para escribir ‘Crónica de una muerte anunciada’, aún aparecen relatos desconocidos.
Antonio Muñoz Salas, hoy con 76 años a cuestas, nació en Sucre, Sucre, municipio ribereño ubicado en la región de la Mojana. Desde los siete años de edad vivió en Magangué (Bolívar). Le tocaba todos los días llevarle la comida a la cárcel Central de Magangué a los tres hermanos Chica Salas: Joaquín, Víctor y Remberto. Ellos purgaban pena por el homicidio de Cayetano Gentiles, porque supuestamente le había quitado la virginidad a su hermana Margarita.
La muerte de Cayetano Gentiles ( Santiago Nasar) quedó grabada en la memoria de los pobladores de Sucre, Sucre. Y como Gabriel García Márquez era muy amigo de Cayetano Gentile, decidió reconstruir la historia a través de ‘Crónica de una muerte anunciada’. La historia fue publicada 30 años después de ser escrita, debido a la solicitud de Luisa Márquez, madre de Gabriel, de no divulgarla mientras su amiga Hermelina Salas-madre de Margarita Chica- estuviera viva. Gabo cumplió al pie de la letra la petición de su madre.
Sentado en la puerta de su casa, Antonio Muñoz Salas, toma un descanso luego de podar los árboles que están en los alrededores de su casa ubicada en el bario Villa Carolina, en Barranquilla. Él está en franelilla para tomar la brisa fresca que viene del río Magdalena. Decide romper el silencio a www.lachachara.co cuando se cumplen sesenta y cinco años de la muerte de Cayetano Gentiles.
Antonio recuerda como si fuera hoy la faena diaria de llevar la comida a los hermanos Chica Salas y también su profunda amistad que hizo con Víctor Chica. “Los hermanos Chica Salas de Sucre, Sucre fueron remitidos a la Cárcel Central de Magangué, que quedaba ubicada en la calle Las Flores. Ya esa cárcel no existe, porque construyeron una nueva en el barrio Camilo Torres. Como mi tía Carmen Muñoz era el único familiar que ellos tenían en Magangué, entonces ella se encargaba de apoyarlos con la alimentación y otras necesidades que ellos tuvieran. Yo tenía 10 años de edad, y me correspondía todos los días de llevarles la comida a la cárcel el tiempo que tuvieron presos en Magangué.
A mi edad, era una experiencia novedosa tener acceso a la cárcel. La cárcel no tenía celdas, era una salón grande, donde Joaquín, Víctor y Remberto permanecía cada uno acostados en sus hamacas”, recuerda Antonio Muñoz.
La historia del matrimonio de Miguel y Margarita
Pocos conocen a Miguel Reyes Palencia, pero en el mundo literario de García Márquez todos conocen a Bayardo San Román. Él es el único personaje vivo de la trágica historia de amor que marcó para siempre la vida de Sucre, municipio ribereño del departamento de Sucre.
Miguel quien nació el 20 de Enero de 1922, tercer hijo del matrimonio de Miguel Reyes y Ana Paz Reyes, reveló a www.lachachara.co detalles desconocidos de su matrimonio con Margarita Chica ( Angela Vicario en la obra literaria Crónica de una muerte anunciada)
“A los 9 años yo mostré simpatía por Narcisa Velilla Palencia, mi prima hermana, ella a su vez me correspondía. Nuestro amor lo fuimos cultivando en silencio y lentamente. Nos veíamos a escondidas e intercambiábamos un emocionante y rápido beso. Mis tíos descubrieron nuestro romance. Yo vivía en la casa de ellos, porque mis padre administraban una finca en Magangué. Esa fue la excusa válida para que mis tíos me sacaran de su casa y yo acordé con mi prima salir a trabajar y que regresaría para casarnos contra la voluntad de todos”, relata Miguel Reyes, único personaje vivo de la historia de ‘Crónica de una muerte anunciada’.
“Tres años después cuando regresé con dinero y mi vestido listo para casarme, encontré que Nacha se había casado obligada por mis tíos. Fue cuando tomé la decisión de casarme con la primera mujer que aceptara mi propuesta y Margarita Chica no dudó en aceptarme la atractiva oferta y así, a secas, sin amor y sin ningún afecto.
Yo le hice la propuesta producto del despecho, luego en el Hotel Yaya, donde estaba hospedado, reflexioné. Fui a hablar con ella, para desistir del matrimonio y ella no aceptó. Recurrió a sus dos hermanos Víctor y Joaquín Chica para denunciarme que yo había abusado de ella y que estaba embarazada.
Ellos me localizaron en el Café Imperial y sin ningún protocolo me dijeron: “Se casa con mi hermana o eres hombre muerto. El honor de nuestra hermana se respeta. Ella nos contó toda la historia”. No me dieron tiempo de explicarles, y se marcharon. Le conté lo sucedido a mi madre, Ana Paz Palencia y ella exclamó: ‘¡Migue, hijo mio!, tienes que responder, prefiero a un hijo casado que un hijo soltero, pero en el cementerio’.
“Yo acepté casarme, pero bajo condición que la familia Chica Salas organizara los preparativos de la boda. Yo no invitaba a nadie. La fecha del matrimonio coincidió con la de mi cumpleaños: 20 de enero 1951″, reseña Miguel Reyes.
Cuando llegó la hora de la verdad de consumar el matrimonio, Miguel Reyes se llevó la sorpresa que Margarita no era virgen.
“En la primera noche ella me esquivaba. La siguiente noche pasó lo mismo. Ella trató de engañarme diciéndome que ya habíamos consumado el matrimonio pero que yo no me acordaba porque estaba borracho, hasta que yo le dije: ‘O lo hacemos o esta vaina se acaba aquí’. Entonces me di cuenta de que no era señorita” acotó
Molesto por la mentira, Miguel Reyes decidió entregarle a Margarita a su mamá.”La tomé de la mano y la llevé a su casa.Cuando llegamos la empujé con suavidad hacia el interior de la casa, sin decir una palabra. Me acerqué donde su madre le besé en la mejilla y le dije en el oido con una voz suave. “Gracias por todo. Usted es una santa”. Le dí la espalda y me fuí para siempre”, revela Miguel.
Fue entonces cuandolos hermanos Chica Salas, especialmente Víctor la obligaron a contar la verdad. Margarita reveló el nombre de Cayetano Gentile.
Cuando los hermanos Chica se enteraron de lo sucedido con su hermana Margarita, salieron a buscar a Cayetano Chica para hacer justicia en defensa del honor.
La pesadilla de Víctor Chica
Antonio Muñoz Salas era primo hermano de los Chica Salas (Joaquín, Víctor, Remberto y Margarita). Tiene claro que el que mató a Cayetano Gentiles fue Víctor. Los otros dos hermanos lo apoyaron en la cacería para atraparlo.
“Cuando yo iba a la cárcel nunca les pregunté por qué estaba detenidos. Cuando yo terminé de prestar el servicio militar en el año 1965, ya los hermanos Chica habían salido de la cárcel y decidieron marcharse para Puerto Asís, a trabajar en la compañía petrolera JSI, por lo que me invitaron para que los acompañara a trabajar allá en el Putumayo.
En la selva tuve la oportunidad de conocer bien a Víctor, con él hice una fuerte amistad. Pude comprobar que era muy humanitario, pero tenía un carácter muy fuerte. La pesadilla de haber matado a Cayetano siempre lo abrumaba. Todas las noches se despertaba a meditar…yo lo observaba y me levantaba a motivarlo. Me decía: ‘primo, me arrepiento de haber matado a Cayetano. Es una pesadilla que llevaré hasta el último día de mi muerte’”. A Víctor le atormetaba era que a raíz del crimen había roto la relación con Dios, pese a que fue en legítima defensa del honor”. relata Antonio Muñoz.
Sesenta y cinco años después de aquella muerte, todavía aparecen relatos relacionados a esta tragedia que inspiró a nuestro Nobel, Gabriel García Márquez.