Metro a metro se acaba el espacio público en Magangué, por cuenta de los invasores que día a día avanzan en la instalación de negocios, tenderetes y chécheres a lo largo y ancho de las calles, parques y zonas verdes, sin ningún control de las autoridades.
Si bien la comunidad reconoce que en este municipio las fuentes de empleo son limitados por la carencia de empresas comerciales y laborales, no menos cierto es que el sector urbano de Magangué se extingue por cuenta de personas que se ingenian para rebuscarse la vida sin tener en cuenta el daño ambiental y de movilidad que le causan a la ciudad.
Avenidas como la Luis Carlos Galán, el parque de Las Américas, la albarrada, las plazas Santander y Bolívar literalmente están tragadas en sus andenes y vías de acceso, mientras las autoridades municipales nada hacen para recuperar el espacio público, exponiendo a los peatones a accidentes, porque el tráfico de motos, carretillas y carros es exagerado frente a la estrechez de cada área disponible.
Oficinas como la Secretaría de Planeación municipal y Secretaría del Interior no funcionan, constituyéndose en cómplices de este desorden organizado.