Tras casi siete años de la aplicación de la política de restitución de tierras, el balance que deja la Unidad de Restitución de Tierras (URT) devuelve la esperanza a miles de familias que hace unos años tuvieron que salir huyéndole a la guerra. Hasta hace poco tenían que instalarse en las zonas marginales de los centros urbanos rebuscándose la vida y ahora, sin ningún problema, pueden manifestar abiertamente que vuelven a vivir del campo.
A la fecha, en el país se han identificado más de un millón de hectáreas de tierra con algún tipo de problema o afectación a causa del conflicto armado. De esta cifra, 300.000 hectáreas ya fueron devueltas a sus legítimos dueños, en donde la región montemariana y el departamento de Bolívar han sido una de las regiones donde la restitución ha tenido un impacto importante.
“En Bolívar tenemos el 96 % del total de las reclamaciones intervenidas, más de 600 fallos de jueces y magistrados a favor de campesinos y 8.000 hectáreas restituidas a favor de los campesinos”, aseguró Alcelis Coneo, directora (e) de la Unidad de Restitución de Tierras.
Municipios como el Carmen de Bolívar, San Jacinto y San Juan son muestra de ello.
Proyectos productivos
Para garantizar un retorno efectivo, la URT, además de la restitución de predios, ha invertido aproximadamente $6 mil millones en proyectos productivos que permitan que los pobladores puedan sacar provecho de sus tierras.
Sin garantías no hay restitución
Coneo explicó además que sin las garantías de seguridad no es responsable adelantar la restitución, pues implicaría un riesgo a la vida tanto de los solicitantes como de los colaboradores de la Unidad.
“Los logros que tenemos no hubieran sido posibles sin el respaldo directo y el concurso de nuestra Fuerza Pública, que ha habilitado gran parte de la geografía nacional para la aplicación de esta política. Sin embargo seguirán los estudios de casos en zonas en donde aún hacen presencia actores ilegales para saber si están las condiciones para avanzar con la restitución”.