Londres advirtió que Beijing deberá “responder preguntas difíciles” tras la propagación del brote, mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, consideró que en el gigante asiático pasaron cosas que se desconocen
China sigue en el eje de la polémica por su manejo de la epidemia del coronavirus. Este jueves, el Reino Unido y Francia cuestionaron la transparencia de la información aportada por Beijing desde el inicio del brote.
Londres advirtió que el gigante asiático deberá responder “preguntas difíciles” tras la crisis sobre la propagación del coronavirus, y aseguró que la cooperación con Beijing no podrá continuar “como si nada hubiera pasado”.
“Tenemos que examinar todos los aspectos, y de una manera equilibrada, pero no hay duda de que todo no puede continuar como si no hubiera pasado nada, y tendremos que plantear preguntas difíciles sobre la aparición del virus, y sobre por qué no pudo ser parado antes”, declaró el ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab, en rueda de prensa tras una reunión telemática del G7.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, por su parte, cree que en China “pasaron cosas que desconocemos”.
El jefe de Estado también fue consultado acerca del contraste entre la naturaleza de los Gobiernos de las democracias a las que usualmente se las refiere como “occidentales” y el carácter autoritario de la administración de Xi Jinping, y la posibilidad de que el segundo se valiera de estas características para imponer medidas draconianas que ayudaran a mitigar el impacto del virus.
A ello, respondió: “No caigamos en esa especie de inocencia de afirmar que actuaron mucho mejor a la hora de manejar esta situación No lo sabemos. Y claramente pasaron cosas que desconocemos”, afirmó el jefe de Estado en entrevista con el diario Financial Times, sumándose así a las críticas del Reino Unido y Estados Unidos sobre China.
En esa línea, advirtió que resignar libertades individuales para aumentar las capacidades de los Gobiernos de lidiar con el brote podría ser un peligro para las democracias occidentales. “Algunos países están tomando esa decisión en Europa”, dijo, en lo que pareció ser una alusión al jefe de Estado de Hungría, Viktor Orban, que en las últimas semanas logró que su partido, con mayoría en el Congreso, le permita gobernar por decreto por tiempo indefinido.
La falta de transparencia de China ha sido un tema que ha estado en el centro de la agenda de Estados Unidos. Además de cuestionar sus cifras, en el último día la administración de Donald Trump -a través del Presidente y el secretario de Estado, Mike Pompeo- indicó que está llevando a cabo “una investigación exhaustiva sobre (…) cómo el virus se propagó, contaminó el mundo y provoco tal tragedia”.
En medio de la lucha contra el coronavirus, Macron también advirtió sobre el colapso de la Unión Europea (UE) como un “proyecto político” a menos que apoye a economías afectadas por el coronavirus, como Italia.
Macron consideró que “no hay otra opción” que establecer un fondo que “pudiera emitir deuda común con una garantía común” para financiar a los estados miembros de acuerdo con sus necesidades en lugar del tamaño de sus economías; idea a la que Alemania y los Países Bajos se han opuesto. “Creo que [la UE] es un proyecto político. Si se trata de un proyecto político, el factor humano es la prioridad y hay nociones de solidaridad que entran en juego… la economía sigue a eso, y no olvidemos que la economía es una ciencia moral”.
París está presionando para la creación de un fondo conjunto de aproximadamente 400 mil millones de euros, además de la asistencia de emergencia que ya ofrece el Banco Central Europeo y otras instituciones de la Unión Europea para mitigar las consecuencias económicas de los bloqueos relacionados con el coronavirus.
El Reino Unido y Francia son dos de los países más afectados de Europa, detrás de Italia y España.
En las últimas 24 horas las autoridades sanitarias británicas detectaron 861 muertes en hospitales y 18.665 nuevos casos de COVID-19, con lo que la cifra provisional de afectados llega a 103.093 personas, explicó el ministerio de Sanidad.
Ante ese panorama, el Gobierno británico anunció este jueves una extensión de tres semanas a la cuarentena por coronavirus que rige desde el 23 de marzo.
Francia, por su parte, reportó 753 decesos en las últimas 24 horas, por lo que el número de muertos roza los 18.000.
China, en el foco de las críticas
Estas críticas se suman a las realizadas en los últimos días por el Gobierno de Donald Trump, quien anunció la suspensión del financiamiento a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En su anuncio, el presidente norteamericano indicó que Washington examinará “el rol de la OMS en la mala gestión y el encubrimiento de la propagación del coronavirus”. “La OMS encubrió la difusión de información errónea de China sobre el virus”, añadió el presidente desde la Casa Blanca. Según él, el organismo aceptó “sin cuestionar” la palabra de China, “e incluso la halagaron por su transparencia”. “Dijeron que no había necesidad de imponer restricciones de viaje. Eso probablemente causó que la cantidad de casos se multiplicara por 20, y la cifra podría ser mayor”, agregó.
Según Trump, la OMS impidió la transparencia informativa sobre el brote de coronavirus y Estados Unidos, su mayor financista -aportó USD 400 millones el año pasado- ahora “discutirá qué hacer con todo ese dinero que va a la OMS”. “Si la OMS hubiera hecho su trabajo y enviado expertos a China para evaluar objetivamente la situación en el terreno, el brote se hubiera contenido con muchas menos muertes”, añadió.
“La OMS no investigó reportes creíbles de fuentes en Wuhan que contradecían la información oficial de China. Había información creíble para sospechar que el coronavirus se transmitía entre humanos en diciembre de 2019”, agregó.
Este miércoles Francia también cuestionó al organismo de la salud, al considerar que demostró “fallos” en su gestión de la crisis del coronavirus. “Sin duda hay cosas que decir sobre el funcionamiento de la OMS, quizás una cierta falta de reactividad, de autonomía respecto a los Estados, quizás una falta de medios de detección, de alerta y de información, de capacidad normativa”, señaló el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves le Drian, durante una audición ante la comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
“Pero no es automáticamente la responsabilidad de los actores de la OMS, es también un problema intrínseco de la institución y creo que la crisis actual nos debería permitir revisar el papel de cada una de las grandes instituciones que existen en la actualidad”, añadió el diplomático, quien pidió un “nuevo multilateralismo de la salud”.
En los seis días después de que destacados funcionarios chinos concluyeran en secreto que probablemente afrontaban una pandemia de un nuevo coronavirus, la ciudad de Wuhan, en el centro del brote, acogió un enorme banquete para decenas de miles de personas y millones de viajeros empezaron a desplazarse para las celebraciones del Año Nuevo Lunar.
El presidente, Xi Jinping, advirtió a la población recién en el séptimo día, el 20 de enero. Pero para entonces, más de 3.000 personas se habían infectado durante casi una semana de silencio de las autoridades, según documentos internos a los que tuvo acceso la agencia The Associated Press y estimaciones basadas en datos retrospectivos de infecciones.
La demora entre el 14 y el 20 de enero no fue el primer error cometido en la gestión del brote por autoridades chinas de todos los niveles, ni tampoco fue el retraso más grande, ya que Gobiernos de todo el mundo tardaron semanas e incluso meses en responder al virus. Sin embargo, ese retraso en el primer país que se enfrentó al nuevo coronavirus se produjo en un momento crítico: el inicio del brote.