Los países latinoamericanos han empezado a generar un plan de contingencia para evitar que se propague el virus del Ébola, que ha empezado a generar señales de que puede salir del continente africano. Lo importante es buscar las medidas de prevención. Cuando se está de por medio la salud colectiva, vale la pena adelantar campañas masivas entre la población y jamás será excesiva tomar medidas extremas, dentro de un contexto bastante complejo que refleja la problemática a la cual estamos expuestos.
Algunos medios de comunicación han lanzado sendas voces de alerta sobre este gran peligro que asecha a la supervivencia humana. Desde hace un lustro, todos los países del mundo desplegaban con temor, estrategias para enfrentar el virus del Ébola, pues su presencia se hizo manifiesta en lugares diferentes del continente africano, donde siempre se mantuvo contenida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los ministerios de Salud, incluido el colombiano, percibieron cercano este virus que mata a 9 de cada 10 personas que se contagian.
En menos de un mes, han dejado más de 2000 contagiados, de los cuales han fallecido 1346 personas en el continente antiguo. Recientemente se presentaron tres casos sospechosos, en nuestro país, que forzó al gobierno nacional a construir y diseñar un protocolo específico con responsables definidos y con la asignación de recursos concretos para desplegar, ante una eventual llegada de este virus mortal.
Hay que destacar el accionar del gobierno departamental a través de la Secretaría de Salud del Huila y de las demás dependencias del orden territorial y nacional, quienes han venido estructurando un plan de acción integral con todo el Sistema Nacional de Salud para internalizar entre las familias, que conduzcan a contrarrestar este flagelo mortal. Tareas educativas a las comunidades, contribuyen a familiarizarnos con este tipo de amenazas.
Los huilenses debemos estar alertas para atender los llamados de prevención que nos hagan las entidades de salud. No podemos ser esquivos ante una amenaza que se puede convertir en una pandemia mundial, con las consabidas consecuencias que pueden alterar el normal desarrollo de las actividades económicas y por ende en una seria amenaza para la supervivencia de los seres humanos en este planeta.
De acuerdo con la Organización Mundial de Salud, se trata de un riesgo internacional, porque la gente se puede mover y atravesar libremente las fronteras de los países. Aunque es poco probable que alguien afectado ingrese a nuestro país, dadas las medidas de control gubernamental que se tienen diseñadas, es indispensable tener previstas las alarmas tempranas para tal efecto.