Por: José Félix Lafaurie Rivera
@jflafaurie
Habló “El ñoño” Elías, a quien lograron callar el anterior gobierno y la anterior Fiscalía. Habló en el juicio a Andrade, expresidente de la ANI, un rolo-gringo que cayó en la red de corrupción de la campaña reeleccionista de Santos, sirviendo a los mezquinos intereses del presidente y de dos exministras que pusieron “pies en polvorosa”.
Andrade atendió la audiencia desde Miami, impecable, mientras Elías tenía a sus espaldas la pared descascarada de una cárcel. Atrás quedaron los días en que invitaba al primero a su casa y le hacía regalos, se reunía con ministros y bebía con Martorelli, cabeza de Odebrecht, y con el gerente de campaña de Santos, Roberto Prieto, más conocido por su lenguaje soez y su incomprensible lealtad a Santos.
En reciente entrevista, desde el mismo recinto descascarado, Elías pidió perdón y responsabilizó de lo que pueda pasarle -está amenazado- a todos los que mencionó, incluido Santos, a quien dejó al descubierto, pues aunque no le consta que conociera de la financiación ilegal de sus campañas, pues estamos frente a otro gran “elefante”; estuvimos otra vez, en 2014, frente a una derrota en primera vuelta y la necesidad apremiante de dinero, que Samper obtuvo del Cartel de Cali y Santos de Odebrecht.
También relata que Martorelli le contó que había hablado con Santos en la Casa de Nariño y que no se preocupara porque, con su “refuerzo”, la victoria estaba garantizada. Los abogados de Santos juran que Martorelli nunca pisó la casa presidencial, pero días después aparece la prueba de su ingreso, poco antes de la firma ilegal del otrosí que enredó a Andrade y a las exministras.
Resumen: El vice García, el de los 6,5 millones de dólares, pagando pena en su casa, mientras la ministra y su pareja escurrieron el bulto. Andrade, acusado, pero tranquilo en Estados Unidos. Prieto, acusado por nuevos cargos que alargarán su pena, que paga en condiciones VIP. Bula y Elías pagando sus penas en la cárcel.
¿Y Santos? El escritor Jorge Andrés Hernández publicó el libro “SANTOS EL JUGADOR”, que inicia con una cruda afirmación: “Existen pocos conceptos que surquen la trayectoria y la acción política de Juan Manuel Santos como el de traición”.
Santos traicionó a Uribe cuando llegó a la presidencia con su programa y también con la decisión de negociar; a la democracia cuando despreció la voluntad popular y a Colombia cuando, bajó la presión armada de las Farc, y la de Chávez y Correa, dejó el país plagado de coca. Traicionó a los “amigos” que abrazaba buscando votos. Traicionó al mundo con un Nobel que no merece y debería devolver. Traicionó la paz, porque no la hemos visto.
Pero el traicionero será traicionado. Otto habló, García habló; “El Ñoño” habló y volverá a hablar; y Prieto hablará.
Santos: “Tas pillao”. Devuelve el Nobel, porque el daño que le hiciste al país es imposible devolverlo.