1. En el aceite de la semilla se encuentran el 70% del total de los aminoácidos del aguacate. Estos tienen la capacidad de regular los niveles de colesterol, siendo de gran ayuda en lo que a prevención de enfermedades cardiovasculares se refiere.
2. La semilla no solo tiene más fibra que la pulpa, sino que en ella se concentra más fibra que en casi cualquier otro alimento. Además de mejorar el tránsito, aumenta la capacidad de nuestro organismo para absorber otros nutrientes.
3. Por si fuera poco, también destacan sus propiedades antiinflamatorias, lo que hace que en muchos lugares del mundo se utilice como remedio contra inflamaciones gastrointestinales. Incluso puede ayudar a prevenir úlceras gástricas, gracias a sus compuestos fenólicos.
4. La altísima concentración de fibra soluble anteriormente mencionada también ayuda a controlar los episodios de diarrea y, aunque suene contradictorio, a mejorar el estreñimiento crónico.
5. Para evitar la debilidad de nuestras defensas, nada mejor que la semilla de aguacate: sus compuestos fenólicos también son capaces de detener infecciones virales y bacterianas en fases tempranas.
6. ¿Sabes dónde se encuentran más de la mitad de los antioxidantes del aguacate? Adivinaste, en la semilla. Como ya sabes, ellos son nuestra defensa frente a esos radicales libres empeñados en hacernos envejecer. Igualmente, sus aceites estimulan la producción de colágeno.
7. Evidentemente, estos maravillosos beneficios no podían limitarse a la piel. Nuestro cabello también se verá más brillante, fuerte y sano. Y también parece ser un remedio efectivo contra la caspa.
8. Sus propiedades antiinflamatorias se extienden al aparato circulatorio, consiguiendo que la sangre circule mejor y que se atenúen, por tanto, los efectos de la artritis y la osteoartritis. En general, también calma dolores articulares y musculares.
9. El glutatión, también conocido como ‘el antioxidante que hace que todos los demás funcionen’, resulta ser un complemento natural ideal para tratar las enfermedades respiratorias comunes (asma). Por supuesto, se encuentra presenta en la semilla del aguacate.
10. Ya puestos, ¿podemos pedirle que nos haga adelgazar? Pues, en cierta manera, sí. El aguacate en general y su semilla en particular nos aportan tantas fibras y grasas saludables que inmediatamente nos sentiremos más saciados y, consecuentemente, con menos ganas de picar a deshoras, poniéndonos muy fácil la tarea de librarnos de esos molestos kilitos de más.
CÓMO CONSUMIRLA
La pregunta final es obvia: ¿cómo la consumimos? Lo primero, retirando con cuidado la fina capa de piel oscura que la envuelve. Para sus usos gastronómicos, lo mejor es añadirla directamente en forma de ralladura a ensaladas, guisos, pastas… Siempre con moderación. Para usos tópicos, existen diferentes procedimientos:
– Para músculos y articulaciones doloridas, machaca la semilla, mézclala con alcohol y déjala una semana macerando antes de masajear las zonas afectadas con esta mezcla.
– Para tratar granos y forúnculos prepara un ungüento mezclando agua caliente con el polvo de la semilla. La pasta resultante no se aplica directamente sobre la piel, sino que se coloca antes entre dos gasas.
– Una mezcla de semilla cruda machacada con aceite de ricino (que dejaremos macerar por un día) servirá para darle brillo y esplendor a nuestro cabello, dejándola actuar sobre él durante una hora.
– Para exfoliar, sencillamente aplica el polvo de la semilla sobre la piel.