Como sacado del guion de una novela fue el calvario que narró una menor de 15 años que denunció que fue abusada sexualmente por un contratista del ICBF en El Carmen de Bolívar.
Casi seis meses duró el martirio que habría vivido la víctima en su tierra. Según su testimonio, el hecho ocurrió el 30 de octubre de 2017, cuando el señalado de abuso sexual, César Tapia Royeth, llevaba a la menor hacia el CDI Los Mangos de esa población, donde estaba haciendo trabajo social.
Sin embargo, según lo narrado por la joven, el hombre se desvió por el Mirador de la Troncal de Occidente, lo que le llamó la atención a ella, por lo que le preguntó en varias ocasiones que por qué se desviaba. Cuenta la menor que él nunca le respondido sino que siguió el camino.
En vista del nervio que tenía, la denunciante en medio de las lágrimas amenazó con tirarse de la moto, pero este, según el relato, le dijo que “si haces eso será peor”.
En una trocha
Al llegar a una trocha del camino, el hombre supuestamente cogió a la fuerza a la joven y luego de amenazarla con hacerle daño a ella y a su familia, presuntamente procedió a abusar de ella. Luego la llevó a su destino y la afectada se mantuvo en silencio.
En otra oportunidad, la madre de la joven vio a César en una esquina y por ser muy allegado a la familia, le pidió el favor que llevara a su hija a su destino. Aunque la menor quiso negarse, su progenitora insistió en que él la llevara porque confiaba en él.
Fue así como narró la víctima que ocurrió la segunda violación de que fue objeto. En su testimonio, la adolescente expresó que fueron tres veces las que fue abusada y que por eso quedó embarazada.
Se supo que al ver lo que había pasado le comentó al hombre lo que había ocurrido y este, supuestamente, le habría insinuado que abortara. La joven también dijo que la amenazó con hacerle daño a sus familiares si decía algo.
Esto provocó que la joven quisiera abortar y suicidarse. Su madre al ver el extraño cambio de comportamiento, quiso que la menor le comentara qué pasaba, pero ella callaba.
Pasó el tiempo, hasta que en el mes de abril, la joven le contó a sus padres lo sucedido y estos pusieron la denuncia ante las autoridades.
Fue así como a través de investigaciones y la recopilación de material probatorio capturaron a Tapia Royeth.
Un juez de control de garantías cobijó con medida de aseguramiento al indiciado y ordenó su traslado a la cárcel de Ternera, mientras sigue el proceso en su contra.