Cada año que termina y empieza otro, al cumplir uno mas de vida, y este 26 de Enero de 2018 he llegado a los 93, repito fervorosamente estas palabras con las cuales considero sintetizar mis agradecimientos a todos cuantos han tenido y tienen que ver, con lo bien que me ha tratado la vida.
Gracias a mis padres por haberme dado la vida.
Gracias a mis hermanos por haberme proporcionado fraternal convivencia y grata compañía.
Gracias a mi esposa Carmen, por su denodado apoyo sin el cual jamás habría alcanzado tantos logros.
Gracias a mis hijos que no han hecho otra cosa que colmarnos de satisfacciones cada día.
Gracias a mis amigos que con sus afectos y cariño, han sido mi constante estímulo.
Pero por encima de todo, gracias a Dios que me ha prolongado la vida para alcanzar con plena lucidez tantos reconocimientos y satisfacciones: padres amorosos que supieron darnos un buen ejemplo de vida hogareña.
HERMANOS.- que siguiendo el buen ejemplo dado por nuestros padres,hemos permanecido unidos y si por circunstancias de la vida cada uno tomó rumbo diferente, como cosa natural, ello no ha roto el vínculo fraterno.
ESPOSA.-Quiso la Divina Providencia darme por esposa a una mujer que lo ha sido todo en mi vida, no hubiera yo alcanzado todos los reconocimientos obtenidos, sin el apoyo y estímulo de Carmen, ella ha estado presente animándome en los momentos álgidos y juntos hemos celebrando todos mis éxitos.
Mi soltería se prolongó mas allá de lo usual para la época, pero eso se vio recompensado, por que la mujer que debía complementar mi vida para formar un verdadero hogar me estaba reservada.
Juntos conformamos este nido de amor tan sólido que ha resistido los embates de la adversidad; van 57 años de haber conformado esa unión y hoy puedo decir con gran orgullo que cada día que pasa se fortalece y acrecienta nuestra unión.
NUESTROS HIJOS.-Fuimos premiados con cinco vástagos a quienes dedicamos todo el cuidado de padres amorosos, dándoles eso sí, ejemplo para hacer de cada uno de ellos, buenos hijos, solidarios hermanos, ciudadanos ejemplares y profesionales que nos han dado tantas satisfacciones, dichas y alegrías por lo cual nos sentimos satisfechos y orgullosos.
¿Ya ves Mariana, que he sentido y como he recibido la llegada de los 93 años de edad?
FELIZ, CONTENTO, MAS NO PUEDO PEDIRLE A LA VIDA.
Tu padre.