Lo había anunciado desde diciembre de 2013, “esta columna la escribo para advertir lo que será nuestra próxima tragedia, las aguas del río Cauca verá reducido su caudal en verano y multiplicado exponencialmente en invierno”, el proyecto Hidroituango se ha convirtió en la peor amenaza para nuestra región, en junio de 2018 el Director Nacional de la Unidad para la Gestión del Riesgo; Carlos Iván Márquez, lo dijo en los medios de comunicación nacionales, “toda esta zona tiene que vivir con esta amenaza, es una amenaza construida por la mano hombre: EPM”.
En marzo de 2014 invitamos a Magangué y Majagual a expertos en el tema los doctores Jorge Eliecer Rivera Franco y Jorge David Higuita quienes explicaron con mucho detalle los riesgos que representaba para las comunidades aguas abajo del proyecto Hidroituango, en agosto de 2014 estuvimos en Caucasia representando a nuestra región y exponiendo los riesgos que significa el proyecto, esos que hoy son una realidad.
En enero de 2015 oficiamos a la Corporación Autónoma Regional del Sur de Bolívar CSB y a Corpomojana por ser las entidades que defienden el medio ambiente en nuestra ecoregión, se les pidió su intervención frente a las consecuencias ambientales y sociales del proyecto Hidroituango en la cuenca baja del río Cauca, sin embargo, la CSB no se dignó en contestar y Corpomojana informó que eso no lo podían hacer solos. Aún hoy tenemos la certeza que no tienen la capacidad técnica ni administrativa de valorar el impacto de las afectaciones al medio ambiente y a las vidas humanas, mucho menos el impacto a las afectaciones económicas.
Por su parte, en todos los comunicados que recibimos de la EPM siempre dijeron que tenían las licencias ambientales respectivas, que el capítulo 9 del estudio de impacto ambiental presentado como parte del proceso de licenciamiento identifica riesgos, define controles y asigna recursos para atender posibles eventos asociados a la construcción y operación del proyecto Ituango en el área de influencia directa del mismo 12 municipios de Antioquia. Es decir, jamás contemplaron afectaciones aguas abajo, un error inexcusable por la magnitud del proyecto.
Fue un error colocar al dinero por encima de los derechos de las personas y del ambiente, no se justifica que todas las autoridades actuaron en complicidad con un proyecto que generaba muchas dudas técnicas y ambientales con afectaciones a la productividad y la cultura de los pueblos, hoy queda en evidencia que era más un capricho de empresarios supremacistas que un proyecto serio y responsable.
Nos aterra aún más que la dirigencia política del caribe colombiano no se manifiesta ni adelante acciones para solicitar el desmonte de la presa, debido a las comprobadas afectaciones hidrográficas, ambientales, económicas, culturales y sociales, además se debe exigir cuantificar esos impactos negativos del proyecto y adelantar las acciones jurídicas que obligue a la empresa a pagar por daños y perjuicios el costo de esas afectaciones.
Con la presa ya el río cauca estaba escaso de agua, ahora con las medidas tomadas inevitablemente se va a secar, para el gobierno nacional lo más importante es salvar el proyecto, los afectados aguas abajo no tienen autoridad que los defienda, ni derechos, ni reparación, simplemente no existen. Impunidad colombiana.