A pocos días para la realización de los comicios electorales, el clímax político y social en Colombia está nublado debido al temor de toda la población frente al confinamiento geográfico que atraviesa desde hace dos días el territorio por los hostigamientos de la guerrilla del ELN por el denominado paro armado.
Como es de público conocimiento, el grupo ilegal ELN en los lugares del territorio nacional donde hace presencia, viene impidiendo la libre movilidad de vehículos por tierra y agua, como una estrategia desafiante al gobierno para demostrar su poder militar de carácter intimidatorio.
Frente a esta situación hace pocas horas el ministro de Defensa se pronunció indicando que ningún rincón de Colombia podrá ser vetado por la guerrilla por la fuerza para amedrentar a la población civil y que la fuerza pública estará al frente de esta situación para devolver la tranquilidad y el orden a la ciudadanía, la cual debe estar fuera del conflicto.
Sin embargo, ocurre lo contrario, porque a esta hora muchos municipios del país están paralizados parcial o totalmente en su vida normal a causa del temor de transportadores y comercio de moverse libremente ante las acciones de la guerrilla Elena que ha volado puentes, quemados vehículos pesados y hostigamientos a la Policía y el Ejército.
Caso concreto está pasando en el municipio de Sucre-Sucre, el cual permanece en confinamiento total por las amenazas del ELN.