Es la comida que solemos hacer de forma más mecánica y que, por tanto, más nos aburre. Nos referimos al desayuno, la primera ingesta del día y la que, a grandes rasgos, casi todos solemos hacer mal. Unos beben únicamente un café, otros no desayunan y luego toman bollería industrial a media mañana, los hay que se hinchan a cereales azucarados nada más levantarse…
A todo ello se suma que cada experto recomienda algo diferente: que si toma proteínas porque tal, que si consume hidratos porque cual, que si fruta no porque… Un jaleo, vaya.
Entonces, ¿qué es lo que deberíamos desayunar? Según un estudio a gran escala realizado por la Universidad de Syracuse en Nueva York… ¡chocolate! La investigación ha descubierto que comerlo regularmente puede mejorar la función cerebral.
Los investigadores midieron los efectos del consumo de este producto en 968 personas de 23 a 98 años, que no cambiaron sus hábitos dietéticos, y descubrieron que consumir chocolate conlleva una serie de beneficios cognitivos, como la memoria y el razonamiento abstracto.
«El consumo habitual de chocolate se relacionó con el rendimiento cognitivo, medido a través de decenas de pruebas neuropsicológicas», escribieron los investigadores. «Su consumo frecuente se asoció con una significativa mejora en el rendimiento de estos exámenes».
Chocolate en el desayuno
Esta no es la primera vez que un estudio demuestra los beneficios del chocolate para la salud. Hace unos años, investigadores de la Universidad de Tel Aviv en Israel aseguraron que comer chocolate por la mañana -sí, todas las mañanas- ayudaba a las personas a perder peso, a pesar de la creencia arraigada de que es un alimento prohibido para aquellos que quieren cuidar la línea.
Según la autora principal del estudio, la doctora Daniela Jakubowicz, hacer un desayuno con alto contenido calórico por la mañana reduce los antojos durante el día y evita los picoteos nocturnos.
«Cuando te despiertas, tu cerebro necesita energía de inmediato», dice Jakubowicz, autora del bestseller ‘The Big Breakfast Diet’. «Este es el momento del día en que tu cuerpo convierte los alimentos en energía. A medida que va acabando la jornada, tu cuerpo y tu cerebro comienzan a ahorrar energía de los alimentos como reserva de grasa. Por eso es importante tomar el chocolate por la mañana».
Entonces, ¿qué tipo de desayuno sugiere ella? Desayuno con postre de chocolate, por supuesto. Jakubowicz apunta en su estudio que las personas a las que se les dio un desayuno de 600 calorías que incluía postre, proteínas y carbohidratos perdieron más peso que las personas a las que desayunaron 300 calorías pero que comieron más tarde ese mismo día.
¿Bueno para la salud?
La pregunta que surge de inmediato es si podemos, a partir de esta investigación, comer chocolate sin tener mala conciencia ni tampoco temer por nuestra salud. La respuesta de los expertos consultados por ‘Apotheken-Umschau’ se basa en que no hay que pasarse. «Cien gramos de chocolate contienen unas 500 calorías», que es una cuarta parte del consumo calórico medio diario recomendado para un adulto (2.000 calorías), señala el cardiólogo muniqués Wolfram Delius, recoge ‘Efe’.
Brian Buijsse, experto nutricionista del Instituto Alemán de Investigación Nutricional de Potsdam-Rehbrücke, en el noreste de Alemania, asegura que “este dulce contiene demasiados azúcares y grasas”. No obstante, es bueno para la salud, como así lo han demostrado los numerosos estudios en los que él ha participado.
«El cacao contiene flavinas, que aumentan la elasticidad de los vasos sanguíneos y tienen un ligero efecto hipotensor», explica el experto. El chocolate negro contiene muchas flavinas (60-90%), el con leche menos (25%) y el blanco, nada (solo es manteca de cacao).
También se dice que el chocolate es sano por sus grandes cantidades de magnesio, hierro y calcio, así como beta-caroteno, vitaminas E, B1, B2 y niacina, además de cafeína, esta última en cantidades significativamente menores que las que encontramos en el café.