El expendio de sustancias alucinógenas se extendió a varios corregimientos de Magangué, según la denuncia de algunos ciudadanos.
Este medio conoció que entre las poblaciones más afectadas se encuentra Coyongal. De acuerdo a ciertos moradores, los jibaros ya establecieron varias «ollas», y tienen el objetivo de incitar, a los menores incluso, a consumir los estupefacientes que venden.
La comunidad pide el apoyo de las autoridades, aduciendo que su corregimiento, habitado por gente pujante y trabajadora, no puede verse afectado por delincuentes cuyo único fin es fortalecer el microtráfico.
«Tenemos miedo de que nuestro pueblo se convierta en un centro de acopio de estupefacientes, en especial de marihuana», dijo un habitante de este corregimiento que pidió reserva de su nombre por seguridad.
Motores de criminalidad
El microtráfico en Magangué, es uno de los motores e impulsores de criminalidad y violencia, según indicaron las autoridades. El año pasado, de todas las capturas que se registraron, más de la mitad corresponde a personas detenidas por expender algún tipo de alucinógeno.