Desde 2016 a la fecha, los investigadores de la Dijín que tienen a su cargo los expedientes por temas relacionados con trata de personas han capturado 133 personas por este flagelo que tiene varias vertientes. Dante, Némona y Doradas son las tres operaciones que se han dado en el último trimestre y por las que nueve personas están respondiendo ante la justicia.
La primera se desarrolló en Antioquia, la segunda en Quindío y la tercera en el Valle del Cauca. “En la de Antioquia – explica el general Jorge Luis Vargas, director de la Dijín – identificamos que la estructura tenía nexos con Italia, en la operación Némona las mujeres eran enviadas a México y en la tercera, eran llevadas a Trinidad y Tobago”.
De estas tres operaciones se desprende una parte del modus operandi de estos delitos: primero, los focos donde se captan las mujeres para ser sometidas a trata de personas son Antioquia, Valle del Cauca y el Eje Cafetero, y, segundo, los países centroamericanos se han convertido en preocupación para las autoridades frente a la comisión de este delito.
“Trabajamos mucho con Ameripol. Hemos encontrado casos de trata hacia Guatemala, México, Honduras y Panamá, pero también en países de Suramérica como Perú y Brasil, sostuvo el alto oficial.
Aunque muchas personas consideran que la trata de personas está relacionada exclusivamente con la explotación sexual, lo cierto es que se han identificado casos en los que se configuran otros tipos de abusos, principalmente en los que son utilizados menores de edad.
Así lo ratifica la operación denominada Andina en la que se comprobó que un sujeto obligaba a su esposa y sus dos hijos a mendigar limosnas en vías públicas, semáforos y buses de Perú, Bolivia, Ecuador y Chile.
Con respecto a la trata con fines de explotación sexual, en diálogo con Colprensa, el general Vargas habla sobre este delito y de la segunda fase de la operación Vesta, cuya primera parte permitió la desarticulación de la organización de Liliana del Carmen Campos, ‘La Madame’.