OMAR CARRASQUILLA LEÓN
Las encuestas en el país dan un claro ganador en la contienda hacia la Casa de Nariño; sin embargo, desde Europa, el próximo presidente no será Gustavo Petro.
The Economist es una de las revistas con mayor prestigio internacional por su análisis económico y político de la sociedad. Desde Londres, en Inglaterra, abordan, muchas veces con la pluma de ganadores del premio Nobel, la actualidad de las relaciones internacionales y teorizan sobre el futuro de la humanidad.
El pasado mayo lanzaron duras críticas en contra del presidente Iván Duque, señalando, en un análisis de las protestas en Colombia, que las falencias administrativas y la ruptura entre su gobierno y los ciudadanos protagonistas del estallido social, provocarían que acceda al poder por primera vez un presidente socialista.
Descontento social, reformas inconexas con la realidad económica, excesos policiales y los sendos problemas como la pobreza, el hambre y el desempleo, serían los ingredientes, según la revista, del cóctel que propiciaría que Gustavo Petro sea el próximo presidente de Colombia.
Sin embargo, seis meses después, el medio reconoció el amplio terreno ganado por Petro en las encuestas de cara a las elecciones presidenciales de 2022, pese, según afirman, una serie de propuestas impopulares y ciertas ambigüedades ideológicas que lo aproximan a regímenes dictatoriales izquierdistas de la región.
Pero para The Economist, Petro no será el próximo presidente de Colombia.
La revista maneja la tesis que los votantes rechazarían a Gustavo Petro, al que llama TheEconomist: “un populista de izquierda”, y el ganador saldría del centro político, situación que contrastaría con la región, ya que en todas las recientes elecciones han visto el colapso, o al menos la derrota, del centro moderado.
Ese no es el pronóstico convencional para Colombia. Muchos analistas creen que el próximo año será una repetición, a la inversa, del anterior. En una segunda vuelta en 2018, Iván Duque, candidato del expresidente Álvaro Uribe, derrotó a Gustavo Petro. En la más reciente encuesta de intenciones de voto de Invamer, publicada esta semana, Petro está muy por delante con un 42%, de Sergio Fajardo, de centro izquierda (con un 19%.
Petro fácilmente derrotaría a cualquier oponente en una segunda vuelta, piensa Invamer.
Para The Economist, Petro luce más fuerte que en 2018. El uribismo dejó de ser la fuerza que alguna vez fue. “El gobierno de Duque ha sido mediocre e impopular, y fue sacudido por semanas de huelgas y, a veces, protestas violentas a principios de este año. Sin rivales serios en la extrema izquierda, Petroha pasado los últimos cuatro años haciendo campaña. Exsenador y alcalde de Bogotá, tiene ideas muy simplistas pero trabaja muy, muy duro políticamente”, expuso Malcolm Deas, un historiador británico en Colombia citado por la revista.
Varios estafadores políticos oportunistas de derecha han manifestado su apoyo a su candidatura porque creen que ganará” The Economist.
Pero son los primeros días, asegura la publicación, la cual analiza que, según la letra pequeña de la encuesta de Invamer, el 43% de los encuestados aún no tiene una preferencia. “Petro todavía asusta a muchos votantes de clase media. El centro parece más organizado que en 2018. Fajardo y otros cinco candidatos de la centro-izquierda han formado la “Coalición de la Esperanza” y acordaron enfrentarse en una primaria junto con las elecciones legislativas de marzo”.
“En la centro-derecha, la “Coalición de Experiencia”, hoy Equipo por Colombia, une a cinco aspirantes a presidenciales, incluidos varios exalcaldes, en una primaria similar. El nominado de Uribe, Óscar Iván Zuluaga, que perdió las elecciones de 2014, puede o no unirse a ellos. Pero es un candidato más débil que Duque”, aseguró la publicación.
Por lo tanto, es probable que la segunda vuelta enfrente a Petro contra un candidato de centro derecha o de centro izquierda. Esta vez, es poco probable que el acuerdo de paz sea un gran problema. “Los colombianos odian a las farc pero les gusta la paz”, indicó Deas. “Quieren una nueva agenda política”.
“Eso podría implicar seguridad contra las bandas criminales, una mejor educación pública y un retorno al crecimiento económico (algo que es poco probable que logre el proteccionismo de Petro y su oposición a la minería y el petróleo)”, precisó la revista inglesa.
La oportunidad
“Entonces el centro tiene una oportunidad. Aprovecharlo requiere no solo un programa claro, sino romper con el impopular status quo y conectarse emocionalmente con los colombianos. Álvaro Uribe movilizó el miedo a la guerrilla; Petrocanaliza el tipo de rabia contra el establecimiento que se expresó en las protestas”, expuso el análisis.
En un libro reciente, Mauricio García Villegas, filósofo político colombiano, sostiene que la larga historia de conflictos armados de su país ha sido impulsada por una cultura política que exaltaba las emociones tribales, de nación, partido, clase y religión, que convertía a los adversarios en enemigos y en que “tendemos a descalificar con demasiada facilidad a quienes piensan de manera diferente”. En Colombia, concluyó, “el contraste real no es entre los radicales de cada extremo… sino entre estos y los moderados”. Para prevalecer, el centro tendrá que aprovechar emociones más pacíficas, de unidad, solidaridad y esperanza de un futuro mejor, según concluye The Economist.
Por consiguiente, para la revista, el próximo presidente de Colombia saldrá de la Coalición Centro Esperanza o de Equipo por Colombia, anterior Coalición de la Experiencia, dos facciones que representan el centro político del país, y que aprovecharían el temor que infunden ciertas propuestas de Petro en la clase media e indecisa. Propuestas que, muchas veces, según analistas, son tergiversadas por la desinformación y eso será uno de los principales obstáculos para llegar a la Casa de Nariño que debe sortear el precandidato Gustavo Petro.