Por Lic. Anuar Cortázar Cáez
Diana Trujillo la joven caleña que ha triunfado en los Estados Unidos escalando posiciones en un escenario tan complejo como la NASA, después de salir de su país, sin plata y sin formación académica, a rebuscarse en trabajos diversos, mientras aprendía inglés y auscultaba posibilidades de estudio, es un ejemplo para la juventud, que merece destacarse, por encima de frivolidades de la sociedad de consumo.
Esa colombiana optó por una carrera exótica, relacionada con la aeronáutica, lo que alguien muy aterrizado podría pensar que era, literalmente, “lanzarse al abismo”. Sin embargo, la disciplina y el talento se impusieron y verla ahí al frente de una de las partes del complejo proceso de enviar una nave exploratoria al planeta Marte, para sondearlo y recoger información que sirva para alimentar la curiosidad científica y diseñar procesos que le sirvan para emprender futuras y más audaces incursiones interplanetarias.
A Diana, colombiana de empuje y templanza como muchas, le correspondió narrar para el mundo, en su nativo español, lo que estaba pasando, para lo cual era indispensable que conociera a fondo las complejas intimidades de la misión. Esta hermosa y audaz caleña que colaboró en la empresa de buscar vida en Marte, cuyos modelos a imitar han sido las mujeres astronautas, o científicas, que navegan por los misterios del cosmos. Ojalá en su espejo se miren los muchachos, en vez de dejarse seducir por el facilismo económico que les señalan mafiosos y políticos, para pretender acostarse pobres y amanecer ricos.
Cuando se quiere, se puede, es un dicho que hace énfasis en la importancia de la voluntad, el empeño y la perseverancia con que nos arrojamos en la conquista de una meta.
En nuestras vidas, a veces nos ocurre que nos planteamos un objetivo alto, ambicioso, difícil de alcanzar. En este caso, la frase “cuando se quiere, se puede” pone en relevancia que la voluntad es un motor fundamental en la búsqueda del éxito: querer nos abre la puerta de poder. Y existen algunas cosas esenciales para ello, como lo son la concentración, es decir, la capacidad para no perder el foco; la perseverancia, o sea, la actitud de mantenernos firmes en nuestro propósito; y el esfuerzo, que se refiere a poner toda nuestra energía en alcanzar lo que queremos.
Por ello, este refrán es también muy usado en el ámbito motivacional para recordarnos que el éxito no llega solo, sino que es necesario alinear nuestra voluntad con nuestras aspiraciones.
Sentencias equivalentes a “querer es poder” son: “donde hay gana, hay maña”; “hace más el que quiere que el que puede”; “querer y poder, lo mismo vienen a ser”, o “querer y poder, hermanos vienen a ser”.
Las élites políticas, los jerarcas religiosos y los líderes del capitalismo deben entender que la pobreza es generadora de males diversos. Tal vez el más grave, el deficiente desarrollo de la niñez. Consecuencia del anterior, la desviación de la juventud por trochas de delincuencia, prostitución y violencia. Si se quiere cuantificar el fenómeno, hay que reconocer que la desigualdad social y económica es un mal negocio. Cada familia que se saca de la pobreza, con producción, empleo y educación, es un peldaño que se asciende hacia la prosperidad.
Diana ejemplo de superación, persistencia, auto disciplina, perseverancia y templanza que deben seguir las juventudes.