Especulaciones históricas dan cuenta que el cuadro de la Virgen de La Candelaria fue traído desde Cartagena, siendo su procedencia Europa, pero no se conoce con precisión quien la trajo a Magangué.
Por: OMAR CUELLO ROMERO
Hoy martes dos de febrero, es una fecha muy especial para el mundo católico y en particular para el pueblo magangueleño, porque se trata de la celebración clásica del día de la Patrona Nuestra Señora de La Candelaria.
Es el momento más sublime de esta comunidad porque en torno a la celebración gira un cúmulo de valores sentimentales de la sociedad magangueleña que desde hace más de trescientos años elige como motivo de recogimiento familiar y gratitud a la Virgen Morena, el segundo día del segundo mes del año. Coincide esta antigua tradición con el festejo del jubileo, que la iglesia católica promueve cada medio siglo para exaltar el fervor cristiano alrededor de la piedad y el perdón.
La tradición
Según versiones de algunos historiadores del pasado siglo, el cuadro de la Virgen de La Candelaria que se venera en el santuario de su mismo nombre es de procedencia desconocida y de autor anónimo. Ciertas referencias de esta reliquia las revela el Obispo Diego de Peredo en 1.772, cuando presuntamente el cuadro apareció en Magangué en la primitiva ermita de la antañosa Plaza del Morro en el barrio Sur. Posteriormente fue restaurado en Cartagena debido a su avanzado deterioro. El extraño lienzo de La Candelaria mide un metro y cuarenta y seis centímetros de largo, por un metro y cuatro centímetros de ancho, que está oculto por otro marco sobrepuesto de plata repujada, de 20 centímetros de ancho, el cual fue fabricado con un bello acabado por joyeros momposinos.
En la iglesia matriz o Catedral Mayor de Nuestra Señora de La Candelaria, el histórico cuadro fue entornizado el 8 de diciembre de 1.772, 20 años antes de la terminación del templo.
De acuerdo a registros del Compendio Monográfico de la Historia General Villa de la Magangué del escritor y periodista Alfonso del Valle Porto, revela que en un escrito de autor anónimo publicado en Mompox en 1.835, afirma que desde tiempos inmemoriales en Magangué se veneraban dos imágenes de la Virgen de La Candelaria. La primera era un ícono o estatua y la otra un lienzo, cuya imagen los devotos la llamaban “La Negrita”.
La historia
Especulaciones históricas dan cuenta que el cuadro de la Virgen de La Candelaria fue traído desde Cartagena, siendo su procedencia Europa, pero no se conoce con precisión quien la trajo a Magangué.
Sin embargo se asegura que su fecha de llegada fue antes de 1.739 y que el cuadro estivo bajo la custodia de la Orden de los Angustinos Recoletos Descalzos, en el Convento del Cerro de la Popa en Cartagena, tal contemporáneo con la imagen de la Candelaria de esta última ciudad.
El lienzo de La Virgen es una obra de arte que ha tenido que ver con la historia misma de la ciudad de Magangué, porque durante la guerra de los Mil Días, las huestes liberales dirigidas por el caudillo Rafael Uribe Uribe se encontraban atrincheradas en el templo Santuario, combatiendo contra las tropas oficialistas del gobierno conservador de la época que en sendas flotas viales disparaban desde el río Magdalena sin cesar. En el intercambio de fuego un proyectil fue a parar exactamente en el centro del venerado cuadro de la Virgen, perforándolo. Como se puede todavía palpar en el altar mayor de la Catedral.
Los Milagros
Tal vez lo más importante que reviste para los magangueleños en torno a la Virgen de La Candelaria es sin duda la asombrosa lista de favores recibidos durante toda una vida.
Testimonios de infinitos creyentes rodean el misterio de este centenario cuadro que ha sido guía espiritual de todo un pueblo católico que embriagado de fe ciegamente acude en romerías los Dos de Febrero para agradecer a la madre de Dios su benevolencia.
La historia da conocimiento de muchos milagros que dejan atónitos a los feligreses, como por ejemplo el ocurrido a la señora Marina Romero de Téllez, que en un incendio en 1.914 se vio en peligro de haberse quemado , pues estaba rodeada de llamas y ella tenía el cuerpo dormido sin acción para moverse. Con el pensamiento le pedía a la Virgen de La Candelaria que la ayudara a salir de la conflagración, siendo de manera inmediata salvada del fuego.
Prueba de esa cadena de bondades la tienen millones de católicos que día a día reciben los favores de la Virgen Morena, porque es fehaciente este don divino en hogares que claman piedad en medio de la turbulencia social y económica.
Patrimonio cultural
Hoy por hoy el Santuario de Nuestra Señora de La Candelaria en Magangué es un monumento no solo religioso, sino también cultural, porque hace parte del inventario de toda una historia que gira a base de incertidumbres.
El templo en sí es el símbolo que identifica a Magangué como ciudad y puerto, hasta donde millares de devotos llegan en peregrinación desde los más insólitos rincones de Colombia y el mundo.
Quizás la historia de La Virgen de la Candelaria en su venerado cuadro de Magangué sea junto con la Cruz de San Zacarías, los únicos testimonios de la grandeza de este pueblo que datan desde hace más de tres siglos.
Por todo ello, es más que un deber católico, prodigar respeto y cariño a la representación artística, religiosa y espiritual de La Virgen Morena o como la llamamos los magangueleños “La Negrita”.
La crisis sanitaria y las restricciones para evitar contagios han reducido los actos en honor a la Patrona. Hoy estaremos en constante oración por el fin de la pandemia.