Como sucede hoy en día, obras musicales que cuando se escuchan son hermosas poesías; siempre teniendo como temática el amor, las composiciones por ejemplo de Gustavo Gutiérrez, casi todas tienen estas características, y así de muchos otros vallenatos, y de otros géneros de música popular. Pero la cuna de la poesía-música, se puede decir, fue el género liederístico, el lied (vocablo de idioma alemán que significa canción), es una melodía al servicio de un poema, para voces masculina o femenina, y muchas para pianos.
Uno de los más destacados liederístas de la humanidad fue el gran músico alemán Franz Schubert (1797-1822), escribió de su pluma, la friolera de 600 lieder, en el que Schubert se daba gusto con sus amigos de interpretarla en sus reuniones privadas, en las que intervenían también cantantes aficionados, a esas reuniones, acompañadas de canciones o de liederes, fueron llamadas para la época en Alemania, schubertiadas, venían siendo como las parrandas vallenatas que conocemos hoy en día, en donde un grupo de amigos se reúnen en una casa o una finca a divertirse, libando licor con la animación de conjuntos vallenatos, el gran músico Schubert, fue un músico viajero, y muy mujeriego, hasta pasaba mucho en los prostíbulos, y por ello, contrajo sífilis que para la época era una enfermedad terrible, prácticamente, sin cura, mas que fue atacado por una fiebre tifoidea que le causó la muerte a sus 33 años, entre sus lieder famosos está el canto del cisne, la bella molinera y viaje de invierno, estas solo son tres de sus más destacadas, pero, casi todos sus lieder tienen las mismas bellas expresiones, en donde se fusiona la poesía con la música, Schubert, que además, era un virtuoso pianista también compuso sinfonías, que es una obra musical, compuesta de una o varias partes en principio abstracto, partes o movimientos, y esas partes o movimientos llevan su nombre, ejemplo, adagio, un vocablo en italiano que significa “despacio”, por lo tanto, es una parte de la sinfonía con movimiento lento; lo contrario, al allegro, que es parte de la sinfonía con movimientos rápidos.
El gran músico alemán del que estamos hablando, siendo liederista como se había dicho, y pianista, se abrió paso a la sinfonía, escribiendo la que se ha pasado a llamarse “la incompleta” porque Schubert cuando muere, no la había terminado, se considera uno de los logros sinfónicos más completos y bellos del siglo XIX, aun así de incompleta.
Piotr Tchaikovsky, Rusia ha dado sobresalientes músicos, uno con mayor renombre es Tchaikovsky, quien compuso de su pluma, la sexta sinfonía, llamada “Patética”, llamada así por el mismo autor, porque era un espejo de sus aspectos personales, tanto que el famoso músico ruso, dijo que la patética era su música más auténtica y sincera, falleció tres semanas después del estreno de la obra, no tuvo tiempo para poder escucharla en una buena interpretación, se dice que murió de Cólera, por no hervir el agua que tomaba y otros, que fue por un suicidio inducido, para el mismo tiempo de Tchaikovsky, estaba en ejercicio de la actividad musical, también el famoso músico ruso, Antonin Dvorak (1841 -1904).
Otra anécdota inolvidable de un coloso músico, fue Beethoven, y respecto a la sinfonía 3era que compuso, a la que llamó “Heroica”, en esta sinfonía el gran músico pone pata arriba los elementos estructurales de este género musical, para incluir nuevos procedimientos, ensanchando a los ya existentes, hasta el extremo que en su momento causaron rechazo, una innovación que al principio pareció una locura, pero con el tiempo, desaparecen las críticas y se hace sentir la sinfonía Heroica como una de las más grandes sinfonías que existen, y la anécdota en relación a esta sinfonía fue que Beethoven, furibundo simpatizante de Napoleón, a esta sinfonía al principio le puso el nombre de Napoleón, pero al final tachó el nombre del francés en la partitura, al saber que Napoleón se hizo coronar de emperador, lo que no le gustó a Beethoven.
La primera ópera en el mundo que se compuso fue “Orfeo”, y fue presentada en el año 1607, el famoso músico italiano Monteverdi fue su autor, Orfeo, un personaje de la mitología, hijo de apolo y de la musa, Clío, locamente enamorado de la hermosa, Eurídice, quien fallece y Orfeo loco de amor decide bajar al reino de los infiernos para recuperar a su amada, estas son las notas sobresalientes de las óperas que son composiciones que representan historias de amor y muerte; Orfeo termina en las profundidades del infierno, al no cumplir con una condición que podía sacar del infierno a Eurídice pero prohibiéndole que mirara hacia atrás, lo que Orfeo no cumplió, y se le castigó dejándolo entre las llamas del infierno.
Los que saben de música, de paso reconozco y confieso que de música he leído pero no mucho, califican al ruso Igor Stravinsky, el rey de la música orquestal del siglo XX por su ballet “la consagración de la primavera”, existe una anécdota registrada por la historia en relación a esta obra musical, al estrenarse el ballet, provocó que el público destrozara todas las butacas que estaban en el patio de butacas, al principio, como suele ocurrir, dicho ballet no fue del agrado del auditorio, pero, con el paso del tiempo, pasó a ser una de las obras maestras de la música sinfónica del primer tercio del siglo XX.
Lo propio que el emperador José II de Hamburgo, al escuchar por primera vez las bodas de fígaro de Mozart se quedó como una estatua, sin saber que decir, y cuando salía el público, como siempre algunos comentarios cargados de malsana envidia, uno de los aficionados se dirigió a Mozart y le dijo, demasiadas notas, amigo Mozart, a lo que el emperador que estaba presente añadió, eso, Mozart, demasiadas notas, nadie había entendido nada.