Las obras que fueron inauguradas en el mes de noviembre de 2015 con bombos y platillos apenas cuentan con un celador
Aunque para algunos analistas y expertos resulta prematuro catalogar a la Unidad de Reacción Inmediata (URI) en Magangué como un nuevo ‘elefante blanco’, es preocupante que hasta el momento no exista una respuesta clara por parte de la Gobernación de Bolívar frente al avanzado estado de abandono en el que se encuentra la infraestructura.
En el mes de agosto de 2016, el primer mandatario departamental, Dumek Turbay Paz, aseguró que el funcionamiento de la URI era responsabilidad de la Fiscalía, sin embargo en la actualidad lo único que no se está deteriorando es la maleza que cubre el lugar.
La moderna infraestructura ubicada en el barrio Camilo Torres fue ejecutada con recursos por el orden de los mil 500 millones de pesos, pero fue dejada a la deriva. Turbay Paz aseguró estar molesto porque no conoce el plan de inversiones del ente acusador.
Este medio conoció que los equipos y herramientas requeridos para garantizar una atención ininterrumpida las 24 horas del día, cuesta alrededor de mil 700 millones de pesos, pero esa suma no está garantizada.
Preocupa a los habitantes
Las obras que fueron inauguradas en el mes de noviembre de 2015 con bombos y platillos apenas cuentan con un celador. Los vecinos están preocupados y temen por su seguridad.
“Las instalaciones están abandonadas y tenemos conocimiento que poco a poco los delincuentes han ido desvalijando hasta las ventanas. Necesitamos que la Policía patrulle el sector”, dijo Juan Vergara López, habitante del barrio Camilo Torres.
Por lo pronto, los funcionarios de la Fiscalía de Magangué tendrán que esperar para poder laborar en una sede que en realidad facilite el acceso ciudadano a la administración de justicia, a través de la prestación permanente del servicio.