Héctor Julio Alfonso López, sin poder ver crecer a sus hijos y con la desesperación de ver como la justicia no opera de manera justa, transcurren los días del joven magangueleño sin su libertad, pero que pese a todo tiene como guía su fe en Dios, y guarda la esperanza que aunque la justicia tarde, llegue pronto y pueda obtener la tan anhelada y justa libertad que no solo el reclama sino muchos de sus amigos convencidos de su inocencia.
“En las cárceles de Colombia están muchos inocentes y en la calle están los verdaderos delincuentes”, esta es la apreciación de muchos colombianos que a diario ven como la justicia en el país es injusta con muchos y paradójicamente complaciente con muy pocos.
Y ese parece ser el caso del empresario magangueleño, ex representante a la Cámara y Senador de la República, Héctor Julio Alfonso López, detenido de manera injusta –tal como lo demuestran las pruebas- por la Corte Suprema de Justicia, sindicado del delito de conformación y apoyo a grupos paramilitares en el departamento de Bolívar, acusación hecha mediante un anónimo y ya desvirtuada de manera abrumadora por las pruebas presentadas por la defensa del indiciado.
Pese a que todos los argumentos presentados por la Corte en contra de Alfonso López han sido desvirtuados de manera contundente por el equipo de la defensa encabezado por el jurista Isnardo Gómez Urquijo, hasta el momento la Corte no se ha pronunciado.
El reconocido abogado no solo en el panorama nacional sino internacional, no ha escatimado esfuerzo alguno para aportar todas las pruebas que considera son fundamentales a fin de demostrar la inocencia de su defendido.
Lo irónico y teniendo en cuenta que Héctor Julio Alfonso López ha sido en el recorrido por su vida una persona afable, estudioso y destacado empresario que generó empleo a muchas personas –como lo certifican miles de testimonios que se han allegado al proceso-, se encuentra privado de manera injusta de su libertad, otras personas que han quebrantado la ley con delitos de corrupción que todo el mundo conoce, se pasean orondos por las calles y muchos de ellos hasta ocupan altos cargos en la vida pública.
Una verdadera burla para las leyes en un país que se jacta de ser un Estado de Derecho, base fundamental de la democracia.
Pese a que al proceso se le aportaron las pruebas de las personas que sufragaron en las elecciones en las que Alfonso López logró un escaño en la respectivas cámaras del congreso de la república, en donde manifestaron que no recibieron ni dadivas ni presión alguna para ejercer su derecho al sufragio, como lo señalaba la Corte en su escrito de acusación, al parecer estas pruebas no han sido relevantes para esta instancia de la justicia.
Sin poder ver crecer a sus hijos y con la desesperación de ver como la justicia no opera de manera justa, transcurren los días del joven magangueleño sin su libertad, pero que pese a todo tiene como guía su fe en Dios, y guarda la esperanza que aunque la justicia tarde, llegue pronto y pueda obtener la tan anhelada y justa libertad que no solo el reclama sino muchos de sus amigos convencidos de su inocencia.