Se escucha por las calles, esquinas y lugares públicos sobre todo en la costa caribe, opiniones a favor del hombre fornido, con cachucha puesta que hace dos o tres días por una zona del sur del departamento de Bolívar, porque un campesino cerró su marcha en motocicleta al parecer pretendiendo cobrar una cantidad mínima de dinero para abrir una puerta y siguiera su viaje; de haberle hecho dos disparos en el pecho con un arma de fuego que llevaba consigo; he escuchado incluso, “yo hubiera hecho lo mismo”, hechos que fueron grabados y son objeto de difusión por redes sociales en los actuales momentos; muchos se sienten súper hombres cuando están en posesión de armas de fuego, influye mucho la educación, cultura, entorno familiar en que se convive, amigos con quien se comparte, medios de comunicación, etc; y adicionalmente que por naturaleza los costeños somos de temperamentos violentos; por cualquier bobada reaccionamos con violencia desmedida, sea de hecho o verbalmente; éste señor que mató al campesino merece ser judicializado y condenado por el delito de homicidio; porque dadas las condiciones en que mató, no existió la necesidad de matar a esta persona del campo y de acuerdo a ese video que he visto varias veces, faltando algunos detalles que pueden ser de importancia, no se escucha bien las palabras que se cruzaron, la víctima y el victimario, las opiniones se sacan y se han sacado de las imágenes que representa la grabación; llega al lugar con su moto donde está la humilde persona con su familia y detiene su marcha por encontrar una puerta de madera cerrada por donde tenía que pasar; y como parece que la víctima condiciona una entrega de una mínima cantidad de dinero para abrir la puerta, lo que disgustó al de la moto, sobreviniendo un cruce de reclamos, desde luego el campesino hizo mal cobrar ese dinero por mínima cantidad que fuera, más cuando es una vía publica del cual todos tienen el derecho de usufructuar o de transitar libremente por esas vías, en curso de la discusión se observa cuando ambos sacan armas, la víctima con un viejo cuchillo corto y el de la moto sacó muy groseramente arma de fuego y apunta con la misma al hoy occiso y así la mantuvo por unos minutos, el campesino no lo amedrantó tal situación, persistiendo en sus reclamos dinerarios y con amagues de atacar con el cuchillo, cuando de pronto el corpulento hombre propinó dos disparos en el pecho a la pobre agreste victima; huyó del lugar apuntando el arma a la compañera del herido, pensando que aun desarmada podía venírsele atrás a tomar revancha, cayó al suelo el herido, y a los pocos minutos murió, mientras tanto compañera e hijos quienes vieron la tragedia vivida por su padre, llorando desconsolados.
Parece ser que el homicida se entregó a las autoridades y le dejaron en libertad, un fiscal, como tuvo que ser, porque no fue capturado en situación de flagrancia o como comúnmente escuchamos, con las manos en la masa, en el mismo momento o instantes después de cometer el delito, no significa y así debe ser, que no se inicie un proceso, y no se tomen entrevista a la compañera del muerto y a todos los testigos que tuvieron oportunidad de presenciar estos hechos y convocar de recolectarse todas estas informaciones a este intolerante a formulación de imputación por parte de la fiscalía por el delito de homicidio aun aceptando dadas las circunstancias en que se dieron los hechos en la modalidad simple.
Se equivocan los que piensan o se imaginan, que este violento no cometió homicidio o que lo realizó en defensa de su vida, para defender nuestra vida tiene que ser ante situaciones extremas del cual no exista posibilidad de actuar de otra manera, atendiendo que la vida es un bien supremo y el derecho más relevante en comparación a todos los derechos que existan, solo en estrictas excepciones, la ley y con el estricto cumplimiento de unos requisitos, autoriza sacrificar la vida de otro en defensa de la nuestra, con solo alegar que quién disparó el arma al campesino lo hizo al pecho, una zona como bien se sabe se alojan órganos, arterias, nervios vitales, por lo que siempre se ha considerado que un disparo de un proyectil con arma de fuego en esas estructuras anatómicas por principio es mortal o por lo menos de graves consecuencias para la salud de la víctima, cuando bien pudo para neutralizar a su contendor, disparándole a los pies o a los muslos, o en los brazos, suficiente para que se hubiera caído al suelo, pero con vida y con opción de quedar con vida con auxilios médicos prestados a tiempo.
Y tengo dudas de que haya existido ataque con el cuchillo de parte del fallecido, atacar y amagar atacar no son situaciones iguales, por un lado, y por otro lado, aun aceptando que hubo departe del muerto principio de agresión, resulta desproporcionado de disparar dos mortales proyectiles en la zona pectoral ante el hecho de sentirse que de pronto pudiera ser atacado con el cuchillo, y peor aún que hubo señales de que la víctima estaba ebria en esos instantes, lo que lo obligaba aún más haber recurrido a otras alternativas menos la de accionar el arma, atendiendo que la legitima defensa tiene que estar soportada igualmente en bases éticas porque me ataque un niño con piedras para defenderme no es permitido que saque arma de fuego y le dispare al cuerpo o un lunático sabiendo esas condiciones mentales, si se da la ocasión de huir como recurso para conjurar la peligrosa situación, hay que hacerlo.
Y razones independientes a la jurídica, estos hechos deben ser castigados porque constituyen malos ejemplos, vayan a creer muchos que en similares situaciones pueden hacer lo mismo, desde luego el estado no es ajeno a estas situaciones, seguro que este pobre campesino venia cobrando dinero por transitar vehículos por ese lugar, desde hace tiempo y lo vienen haciendo en la costa desde que tengo uso de razón y lo seguirán haciendo sin que el estado a través de las autoridades policivas intervengan eliminando estas prácticas que no son legales, y si se hubieran propuesto acabar con estos cobros ilegales, estos hechos del video no se hubieran dado.