Bien decía James Anthony Froude, historiador inglés, novelista y editor, “Los animales salvajes nunca matan por deporte. El hombre es el único animal para quien la tortura y la muerte de sus semejantes es divertida en sí misma”, y esa parece ser la idea que ronda la mente del senador y cabeza visible del Centro Democrático, Álvaro Uribe, que lo dejo ver en un trino que decía; «Si la autoridad, serena, firme y con criterio social implica una masacre es porque del otro lado hay violencia y terror más que protesta», incitando a la violencia y en claro desacuerdo por lo pactado entre el gobierno de su ungido Duque y los indígenas del cauca.
Los colombianos que no comulgábamos con sus ideas sabíamos desde hace mucho tiempo, que tras esa figura bonachona de un paisa con pinta de estadista, se escondía una mente enferma que ama la guerra y que no se detiene ante nada para obtener sus propósitos, sin escatimar los medios que haya que utilizar para alcanzar sus objetivos, sin importarle que ello implique la muerte de sus semejantes.
Jaime Garzón (Q.P.D), así lo visualizo en los años 90, y por eso lo mataron los paramilitares- que ya se habían tomado el país- apoyados por las fuerzas de seguridad del Estado.
Que un delincuente sea de la derecha o la izquierda incite a la violencia es repudiable, pero al fin y al cabo son delincuentes que están por fuera de la Ley, pero que un funcionario público –porque Uribe es senador de la república- justifique una masacre, no puede caber sino en un cerebro en decadencia o enfermo.
Esta incitación a la violencia, trasgrede desde todo punto de vista nuestra Constitución Política y ante este hecho no puede haber un silencio de la Corte Suprema de Justicia, pues su silencio los haría cómplices.
No podemos permitir que por muy senador que sea, Uribe siga haciéndole apología al delito en nuestro país.
Tampoco se puede permitir que Uribe piense que está por encima de las leyes, quebrantando su ordenamiento jurídico solo para su beneficio, la ley en Colombia debe ser para todo el mundo, debiendo ser inclusive más dura para aquellos que tienen o han tenido altas dignidades, como el caso de Uribe.
Si para el líder del CD los indígenas son terroristas, esta no es más que una orden cifrada para que los paramilitares los masacren.
El Aro, y La Granja, no son hechos desconocidos para quien hoy incita nuevamente a la violencia en Colombia mediante masacres, al igual que nombres como los de Pedro Juan Moreno y Jesús María Valle.
En lo personal ya no me sorprende este nivel ruin que muestra el que se considera presidente eterno de nuestro país, muy seguramente esta debe ser otra de sus estrategias de intimidación teniendo en cuenta que en los próximos días la Corte Suprema de Justicia, definirá la fecha de indagatoria por el presunto delito de manipulación de testigos, soborno y fraude procesal se sigue en su contra.
Maquiavelo se quedó en pañales al lado de este nefasto personaje de nuestra historia y es un sociópata cuya patología deriva a que las personas que la padecen pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como son las leyes y los derechos individuales.
*Consultor y Asesor Político, Imagen
Y Organización de Procesos Electorales
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