
Pasamos 2021, año de dificultades y pesadumbre, la pandemia se llevó muchas más vidas, protestas surgidas del inconformismo y la difícil situación de muchos, en parte producto de la crisis económica originada por el sistema de gobierno, aunada al COVID y los cambios que promete no llegan, en sí, un año conflictivo y difícil de olvidar.
Lo anterior pasará a la historia, para los analistas y para no repetir los errores. Llega el 2022, con seguridad, un año decisivo para el futuro del país. El proceso electoral para elegir el Congreso y el Presidente de nuestra Nación, marcará el primer semestre, estando nuevamente presente la oportunidad de transformar el país.
Es aquí, donde radica el problema ya que esta, está siempre en manos de los mismos partidos políticos, y son los que toman las decisiones más importantes de la sociedad colombiana, por lo que resulta inverosímil que exista tanta desidia por el tema político, reflejándose en las urnas, en donde la abstención en época de elecciones es alta. ¿Pero cómo explicar esta pobre respuesta a la democracia?
Sin lugar a dudas tenemos una escasa educación política, pero también perdemos la ilusión fácilmente y caemos en fatalismos al pensar que nada cambiará con una nueva elección. Este 2022 será el año del reto para romper la indiferencia, pensar que es posible cambiar y creo que esta nueva oportunidad será el inicio de una serie de transformaciones necesarias para el país. Nuestra sociedad sufrida ha ido despertando y tomando conciencia de lo importante que son en un proceso electoral, porque el pobre pueblo puede determinar quiénes van hacer los que los pueden representar dignamente.
La pérdida de credibilidad en las instituciones como la justicia y el Congreso, manchada por severos escándalos, requieren del voto responsable que permita elegir a los mejores, a los que representan el interés general y no el particular, a los que responsablemente son llamados a redactar las leyes que devuelvan la credibilidad y permitan avanzar más rápidamente después de esta oscura etapa vivida, e incrementada por la pandemia,
Alternativas hay muchas, tómese el tiempo necesario para analizar propuestas y candidatos, y especialmente la manera de hacer la política, porque de la mochila que muestran en campaña, dispuesta a comprar votos, llenando de ilusiones a los electores y para estos no queda nada al terminar la campaña y empezar la gestión. El que paga para llegar va a llegar a pagar, y la historia se repite en cada elección, tulas de dinero dispuestas a comprar el voto desde la campaña, para luego desinflar las ilusiones del elector.
Después de las elecciones a Congreso vienen las presidenciales y de seguro estarán marcadas de una campaña sucia y falacias; por eso abra muy bien los ojos y tómese el tiempo para escucharlosy analizar a cada uno de los candidatos, y así elegir responsablemente el devenir que tomará nuestro país.