La orfandad comunicativa profesional en nuestro medio común Magangué, nos está llevando por un camino peligroso para la convivencia y la paz, cuando lo que debería ser un periodismo comunitario se convierte en una tribuna de insultos de baja ralea, en otras palabras todos contra todos.
El verdadero periodismo va de la mano con la opinión pública, esta última se denomina a un hecho que genera una reacción espontánea e inmediata del público en la comunidad, en la prensa y en la mayoría de los casos, en algunos entes o cuerpos del Estado, ya sea alcaldía, gobernación, concejos o miembros de junta comunal.
De hecho, la opinión pública puede ser positiva o negativa y desde un hecho negativo redundar en un hecho positivo o viceversa. Decía el pensador George Orwell, que «si la libertad significa algo, es el derecho a decirle a los demás lo que no quieren oír».
En el proceso de formación de un comunicador social-periodista, es necesario establecer la inminente diferencia entre moral y ética, entendiendo que la primera encamina al comportamiento individual hacia parámetros marcados por el ente social y que la segunda es la que parametra el comportamiento colectivo enmarcado en un lugar y época específica.
Acá en nuestro medio magangueleño, cosa que no se ve en ninguna parte del mundo, al periodismo últimamente, algunas personas que dicen ser periodistas lo han convertido en un espacio de enfrentamiento entre ellos mimos y hasta en un gran negocio de chantaje a través de la injuria, el insulto y la calumnia de bajo perfil ético, en donde el “comunicador” busca más su provecho personal escudándose en la comunidad, que el verdadero sentido de la objetividad.
Existen medios que dejan mucho que desear cuando se asume un papel de juez y parte, envuelto en el odio, la mentira, la sátira y lo que es peor: la violencia verbal contra personas o autoridades. El periodismo para el desarrollo que hizo carrera en Magangué, en particular, es demasiado peligroso tanto para el comunicador como para la comunidad, porque se muestra la falacia y las pasiones humanas, antes que el objetivo de defender los caros intereses del pueblo.
El Colegio Nacional de Periodistas debería tomar cartas en este asunto, porque para eso fue creado, buscar la unión, que exista el respeto entre los mismos comunicadores y los medios, porque en estos momentos la prensa en Magangué está perdiendo credibilidad.
Discussion about this post