La única sorpresa que escuche de las grabaciones presentadas por Vicky Dávila en La W, sobre la corrupción en el departamento de Bolívar y Cartagena, es como un político tan mañoso se dejara grabar tan fácil; debió ser con uno de sus calanchines, porque como lo dicen ellos mismos en esas grabaciones, se cuidan de no hablar, solo con sus testaferros o los conocidos de sus torcidos negocios.
Me refiero al viejo Vicente Blel Saad, y digo que no me sorprendió porque si algo saben los cartageneros, y los bolivarenses, y las mismas autoridades, y los caciques políticos del interior del país, es que, la mayoría de los mencionados hacen su serrucho acorde al manual de contratación que bien explicó Miguel Torres Scaff, ahora exgerente de Aguas de Bolívar, el que menos tiene salió de una vez descabezado, pero lleva por dejarse usar.
En los audios quedó evidenciado cómo se repartían los contratos, así como el porcentaje de comisión que debían cancelar los contratistas para quedarse con los convenios, un secreto a voces difícil de probar porque todo se queda entre bambalinas y nada está escrito, esto se conoce públicamente cuando alguien se revienta porque quedo mal cuadrado el asunto o lo sacaron del paseo. Y es ahí donde las autoridades, si quisieran, se quedan cortas para actuar, nadie va a hablar, además existe una legislación blanda con estos corruptos; que saldrán diciendo, lo que hoy ya estamos leyendo en la prensa.
Y de aquí, a que las investigaciones den algún resultado cumplirán antes el objetivo de manejar varios presupuestos territoriales por varios años más.
Y es que la justicia, no siempre es justa, porque su camino está trazado por las normas y leyes que hacen estos mismos corruptos; aquí está el vericueto del asunto. Por un lado, ellos mismo manejando entes de control, que la Fiscalía Regional la maneja fulano de tal, que en la Contraloría departamental fulano tiene a tales personajes, que la Procuraduría es de mengano, en fin, en una región este círculo mata la mayoría de los procesos; y, por otro lado, un aparato de justicia caótico y endeble con los de cuello blanco.
El sentir de la gente en la calle es que es muy posible que no pase nada, claro, por ese vericueto explicado, la gente también siente que la justicia se aplica para los de ruana, pero tengo el palpito, que, en este caso, podría alguien de los de arriba salir maltrecho, no se acabara la corrupción, eso sí, pero sería un alivio que algunos de los mencionados paguen los platos rotos. Así sea uno.
El cartel de la contratación en la gobernación es una realidad inobjetable, así salga rezando y dándose tres golpes en el pecho el gobernador Dumek Turbay, un tipo que prefirió la riqueza rápida a convertirse en un barón político.
Por otro lado, es urgente cambiar la legislación contra los corruptos, uno de los planteamientos que estoy de acuerdo es inhabilitar a la esposa, hijos, nietos, tíos, primos, hermanos, de todo aquel declarado como corrupto; sería la sanción moral por su irresponsabilidad.
Lo que toca esperar es que los entes de control den al país una demostración que pueden aplicar la justicia y que los “negritos flojos”, a los que se refiere el viejo Vicente, se les ilumine la valentía y el coraje de joder y hacerle mamola a este sinvergüenza, y de paso a su hijo.