Dividida la opinión de favorabilidad de candidatos a la alcaldía
Por: OMAR CUELLO ROMERO
A pocos días para que por ley se inscriban los distintos candidatos a la alcaldía, gobernación, concejos y Jal, en la capital de Bolívar Cartagena, se está presentando un ambiente de confusión política alrededor de conocidos dirigentes que en el pasado han ocupado cargos de elección popular, pero que en algunos casos se divide la opinión ciudadana frente a lo que sería una sorpresa electoral para el próximo 29 de octubre.
Como es de conocimiento público, la ciudad de Cartagena en los últimos años ha tenido sin sabores administrativos con la elección del primer cargo distrital, por los escándalos suscitados al interior del manejo de la cosa pública, todo lo cual seguramente incidirá en la elección del próximo alcalde.
Hasta el momento están sonando como favoritos según las encuestas dos conocidos aspirantes en las personas de Dumek Turbay, ex gobernador de Bolívar, director de Iderbol, director del PNR Regional Bolívar, Secretario General de la Alcaldía de Cartagena y William García, ex concejal, Representante a la Cámara por Bolívar, director de Corvivienda y aspirante en dos ocasiones al primer cargo de la capital, ambos con suficientes méritos y experiencia, según lo reconocen los cartageneros, pero en los corrillos políticos se asegura que la ex alcaldesa Judith Pinedo Flores entraría a la contienda política para el primer cargo distrital, luego que la Corte Suprema la absolviera de una investigación por presuntas irregularidades en la venta de un lote en las playas de la ciudad heroica.
En este sentido la opinión ciudadana está dividida en torno a esos tres nombres, que son platos fuertes para disputarse la alcaldía de Cartagena.
Habla la comunidad
Para los cartageneros las próximas elecciones locales serán decisivas para el cambio que reclama la capital de Bolívar, debido al desaliento ciudadano frente al desgobierno de la administración de William Dau, reflejándose esa situación en la problemática que afronta Cartagena de carácter político, económico y social.
Al cumplir casi 500 años el corralito de piedra, todavía no ha superado la ciudad problemas como el alcantarillado pluvial ante el desbordamiento de las aguas lluvias en época invernal que inunda toda la ciudad; la red vial urbana de Cartagena es un caos por la limitación del espacio público que no permite ampliar avenidas y calles creando congestión en el parque automotor, sin mencionar la invasión de andenes, plazas y parques por parte de vendedores ambulantes, hecho que limita la expansión urbana, especialmente en el centro y zonas de congestión humana como la vía hacia la Terminal de Transporte, Manga y el Mercado Bazurto; las políticas de atención social de los cartageneros es otro grave problema que tendrá que resolver la nueva administración distrital, específicamente en materia de salud, educación, y seguridad ciudadana, este último aspecto está generando en la población una sensación de terror debido a que en los últimos meses la inseguridad se ha tomado las calles de la ciudad por cuenta del vandalismo, sicariato y toda clase de fenómenos que tienen que ver con el orden público.
Otro tema que con toda rigidez le tocará afrontar el nuevo alcalde de Cartagena será el sector turístico que es otro desorden social que viene causando menosprecio por la ciudad ante el abuso de vendedores ambulantes, expendedores de comidas rápidas y baratijas en las playas y balnearios, porque los visitantes extranjeros en especial son víctimas de estafas en la venta de comida y bebidas, hasta el punto que se ha presentado diversos escándalos en donde los medios de comunicación dan cuenta de esta situación como una vergüenza nacional.
Ese flagelo se genera por la falta de autoridad, ya que no hay control de la alcaldía distrital sobre los pequeños comerciantes ambulantes.
La conclusión a que están llegando los habitantes de la capital de Bolívar es que no hay justificación como para equivocarse en la escogencia del nuevo alcalde, exigiendo a los actuales candidatos compromiso total para poner en cintura todos los escollos sociales ya mencionados, a fin de que la ciudad heroica vuelva a ser la capital alterna de Colombia después de Bogotá.
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