Sin lugar a dudas así se podría titular el resultado final de la agenda legislativa del gobierno nacional, que ayer cerró sus sesiones extraordinarias convocadas por el ejecutivo en donde él logró más significativo, fue la aprobación de la reforma tributaria mutilada en donde solo lograra recaudar 7.5 billones de pesos de los catorce que requería para ajustar el presupuesto del 2019.
Pero sin desviarnos del tema que nos ocupa, la gran perdedora de la agenda legislativa fue la justicia teniendo en cuenta que si algo necesita reformarse en este país es eso, la justicia, que es inoperante, lenta, paquidérmica y acomodada para beneficiar al mejor postor en contra del inocente.
Y fracasó no solo porque el proyecto en mención que presentó no resolvía la situación de la justicia en Colombia y desde su inicio no recibió el favorecimiento de las diferentes bancadas políticas con asiento en el congreso, sino porque la actuación de la ministra de la cartera no fue la más acertada debido a su poco conocimiento del manejo político o politiquero con el que se mueve el legislativo.
Resulta paradójico que siendo tan necesario reformar nuestra justicia, y que el intento haya sido presentado en reiteradas ocasione por los últimos cinco gobiernos hasta el momento no se haya logrado nada.
Y la gran triunfadora de esta agenda legislativa fue la corrupción, pues queda claro que tanto el ejecutivo como el legislativo se hicieron los de los oídos sordos y los ojos cerrados ante los doce millones de votos de los colombianos en la consulta que para tal fin se hizo.
Si bien es cierto que el gobierno se comprometió desde que se conoció el resultado a sacar adelante la iniciativa popular, fue tibio en su apoyo y lucha al interior del congreso para sacar adelante las reformas que se requerían.
Claro que hay que ser lógico al decir que en este país de leyes hay muchas normas ya aprobadas que están encaminadas a luchar contra este flagelo que se lleva más de nueve billones de pesos al año de los recursos del erario, pero que la verdad son pura letra muerta porque no se aplican.
De todas maneras en este aspecto, el gobierno del presidente Duque quedo en deuda con los colombianos.
Afortunadamente y muy seguramente para seguir evitando la caída vertiginosa de la imagen del mandatario d los colombianos la cual llega a solo el 26% de aprobación en su gestión, el ejecutivo pidió al congreso aplazar para el próximo año las discusiones del proyecto de modernización de las TIC, que genero muchas dudas primero porque era una clara censura a los medios de comunicación y segundo porque beneficiaba a los pulpos de los conglomerados de la televisión privada en detrimento de la televisión pública.