
La parosmia es un trastorno del olfato asociado a las secuelas del COVID persistente, entre otras patologías, que hace que el afectado perciba los olores distorsionados o desagradables sin serlo. Conoce sus causas y tratamiento.
Uno de los síntomas de la infección por coronavirus que resultó más llamativo al comienzo de la pandemia fue la pérdida del olfato o el gusto que experimentaban algunos de los afectados, y que pronto se convirtió en uno de los principales signos que alertan del contagio. De hecho, un estudio reciente publicado en BDJInPractice señalaba que el 47% de los pacientes con COVID-19 ha sufrido algún cambio en el olfato o el gusto, y que alrededor de la mitad de estos ha desarrollado parosmia, un trastorno que distorsiona el sentido del olfato haciendo que olores habituales te parezcan fuertes o desagradables, y que hace que se produzca una pérdida de intensidad del olor.
La parosmia, como nos explica el Dr. Juan Maza, otorrinolaringólogo y miembro de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), es “un tipo de trastorno de la cualidad del olfato, no de la cantidad; es decir, que mientras hay personas que dicen que huelen poco o que han dejado de oler –lo que se conoce técnicamente como hiposmia o anosmia–, las personas que dicen que las cosas ya no les huelen igual que antes tienen un trastorno de la cualidad del olfato que se llama parosmia, y que también puede alterar el gusto”.
Las alteraciones olfatorias son “uno de los síntomas a incluir en el COVID persistente, y cuanto más tiempo lleven estos pacientes sin olfato, o con el olfato alterado, más difícil es rehabilitarlo”
El experto añade que “el concepto de parosmiaengloba otro tipo de subconceptos, como la fantosmia, que consiste en empezar a percibir olores que ni siquiera existen –de ahí que se conozcan como olores fantasma–; por ejemplo, una persona que esté en una oficina y perciba el olor de una cocina. Lo malo, además, es que normalmente, tanto la parosmia, como la fantosmia, dan olores que no suelen ser agradables, sino más bien a podredumbre; y ahí es donde está el problema”.
Parosmia
Por tanto, el síntoma principal de la parosmiasería percibir un olor fétido de forma persistente, sobre todo cuando hay comida cerca –de hecho pueden tenerse náuseas o malestar mientras come algo que antes le gustaba–. Pero como decíamos, al afectado también puede resultarle complicado reconocer o distinguir algunos aromas en su entorno debido al daño en sus neuronas olfativas. Por ello, olores que antes le parecían agradables ahora pueden tornarse cargantes e inaguantables.
Los tratamientos para la parosmia incluyen:
zinc
vitamina A
antibióticos
Se necesitan más investigaciones y estudios de caso para probar que estos son más efectivos que un placebo.
Si continúas experimentando parosmia y está afectando tu apetito y peso, podrías considerar la terapia de entrenamiento olfativo. También conocido como “entrenamiento olfativo”, este tipo de terapia implica oler intencionalmente cuatro tipos diferentes de olores hasta 15 segundos cada uno. El proceso se completa dos veces al día durante varios meses.
Recuperación de la parosmia
La parosmia no es típicamente una afección permanente. Tus neuronas pueden ser capaces de repararse a sí mismas con el tiempo. En hasta el 60 por ciento de los casos de parosmia causada por una infección, la función olfativa se restauró en los años posteriores.
Los tiempos de recuperación varían de acuerdo con la causa subyacente de los síntomas de parosmia y el tratamiento que se utilice. Si tu parosmia es causada por un virus o infección, tu sentido del olfato puede volver a la normalidad sin tratamiento. El entrenamiento olfativo puede ayudar potencialmente con la recuperación, pero puede tomar varios meses para ver resultados.