
Una publicación del periódico Washington Post aviva las dudas y sospechas que recaen sobre China como responsable del origen del coronavirus que da lugar a la pandemia del COVID-19, y no precisamente porque este haya surgido supuestamente de un mercado de animales silvestres en este país.
El informe noticioso, de autoría del periodista de investigación Bret Baier, afirma que el paciente cero de esta crisis sanitaria que afecta al mundo fue un empleado del laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan, donde realmente se originó el coronavirus, y que la versión de que surgió por la ingesta de un murciélago en un “mercado húmedo” es una distracción del gobierno chino en un intento por desviar la sospecha y enmarcar la crisis como un hecho fortuito.
El diario revela que este laboratorio llevaba a cabo un programa de investigación viral sobre los murciélagos, el cual había sido calificado en varias oportunidades por visitantes diplomáticos estadounidenses como un sitio de alto riesgo del que podía surgir una nueva pandemia similar al SARS.
La investigación periodística enuncia varios detalles resaltados por fuentes entrevistadas sobre las primeras acciones de la administración de Xi Jinping y que ponen en duda la veracidad de la explicación dada por el gigante asiático.
Entre estos puntos, el que más llama la atención es que en el mercado húmedo de Wuhan, señalado por el gobierno Chino, como el foco de infección, nunca se vendieron murciélagos. El diario precisa que la infección fue llevada a la población por el empleado del laboratorio.
Resalta, además, que el programa de investigación chino fue una cuestión de egos, un empeño de China por demostrar que su habilidad para identificar y combatir virus es igual o mayor a la de Estados Unidos.
Las fuentes entrevistadas por el diario afirman que el gobierno de Xi Jinping destruyeron datos y eliminó artículos académicos que pudieran develar su responsabilidad; en incluso lavaron los recintos contaminados del laboratorio para ocultar la transmisión accidental del coronavirus.
Algo grave que informa el artículo es que periodistas y médicos que intentaron poner en sobreaviso a la población sobre la peligrosidad del virus y su transmisión de persona a persona están desaparecidos.
El periódico denuncia que China pese a que sabía desde el principio sobre el coronavirus solo suspendió los vuelos internos hacia Wuhan y no los internacionales lo que facilitó la propagación mundial de la infección; y peor aún, que la Organización Mundial de la Salud encubrió esta acción del régimen comunista.
Resalta el Washington Post que los 6 primeros días, tras el conocimiento del gobierno chino sobre un posible brote en Wuhan, las acciones del gobierno de Xi Jinping fueron irresponsables y facilitaron la pandemia mundial. En esa semana, y ya sabiendo las circunstancias, se realizó en Wuhan un banquete masivo para decenas de miles de personas y millones comenzaron a viajar para las celebraciones del Año Nuevo Chino.
Wuhan ha sido considerada como la ciudad china epicentro de la pandemia del COVID-19 y la primera en activar una cuarentena que duró once semanas y fue levantada recientemente, el 8 de abril.
Según las autoridades sanitarias chinas, el número de muertos en esta ciudad fue de 3.869 personas y el total de contagios en ese período de tiempo fue de 50.333.
La administración de la ciudad informó este viernes que las cifras de muertos fue elevada a 1290 personas más ya que se descubrió un error en el conteo inicial debido a la insuficiente capacidad de admisión de pacientes en las sobrepasadas instalaciones médicas en el punto álgido del brote. Al la estadística de los contagios también se le adicionaron 325 casos.