DEL DIRECTOR
La grave situación por desacato a la autoridad que se ha venido presentando con el comportamiento ciudadano en Magangué y algunas otras regiones del país, es inaudito, porque se está atentando contra la supervivencia de algunos sectores poblacionales, especialmente en los lugares donde existe la propagación exponencial de la pandemia del Covid-19. Pero lo absurdo es la respuesta de algunos desadaptados sociales que la han emprendido contra algunos miembros de la Fuerza Pública que han acudido para controlar estos desmanes que están atentando con la supervivencia humana, por la exposición al contagio de este mortal virus.
Preocupa en Magangué que sean tantos los reportes de fiestas y reuniones sociales multitudinarias en las que el distanciamiento social brilla por su ausencia, y en particular en aquellas ciudades donde también la situación es más crítica. Recordemos que de acuerdo a la comunidad científica, en Colombia hemos entrado a una fase de aceleración de la pandemia.
A través de los medios de comunicación y en las redes sociales, se han vuelto virales las confrontaciones que se han venido presentando entre los irresponsables ciudadanos y los miembros de la Policía Nacional que trabajan con abnegación y compromiso, defendiendo los intereses y el bienestar de la sociedad colombiana. Es hora en que se debe aplicar con severidad toda la normatividad vigente por parte de los Organismos de Control para que no se sigan presentando estos desbordamientos que se convierten en un irracional comportamiento, frente a todos los esfuerzos institucionales que se adelantan para contrarrestar esta tragedia que padecemos.
La situación es muy crítica. Debemos rodear a las autoridades sanitarias, acatando las recomendaciones y el aislamiento preventivo obligatorio que ha establecido el gobierno nacional. Hay necesidad de socializar el documento oficial enviado por el Instituto Nacional de Salud, firmado también por el viceministro de Salud, a la Corte Constitucional y en el que se plantea un escenario de 41.622 muertes por covid-19 de aquí a diciembre, de no modificarse sustancialmente los indicadores que se tenían el pasado 27 de abril. Tal escenario, es aterrador sin duda.
Lo anterior ha motivado críticas de expertos que no están convencidos de algunos de los parámetros utilizados para elaborar tal estimación. Aunque coinciden en que el coronavirus sigue siendo una amenaza seria, plantearon bien fundados interrogantes respecto a tan preocupante cifra. Consideramos que no podemos confiarnos y desestimar estas proyecciones sino se mantienen los parámetros de responsabilidad ciudadana.
De ninguna manera se puede permitir en Magangué que se sigan repitiendo estas escenas irresponsables de algunas comunidades mientras dure la amenaza del covid-19, es decir, en tanto no contemos con una vacuna. Es jugar con candela.