Somos muchos los que esperamos con emoción, la llegada de la época más linda del año, en la que se olvidan las diferencias y nos abrazamos en torno a la celebración de tan bella temporada, en la cual evocamos el nacimiento de nuestro Señor Jesús.
La ansiedad comienza desde finales de Octubre y comienzos de Noviembre, fechas en las que modernamente los almacenes empiezan a exhibir los artículos navideños con fabulosos precios y descuentos, inundando las principales góndolas de los supermercados con la decoración navideña, la cual, además de renovada, es rematada a precios increíbles en los denominados Black Friday, una estrategia de ventas copiada de la tierra del Tío Sam.
Luego viene la música de aquellos diciembres, en las cuales las orquestas, grupos musicales y solistas, nos recuerdan con nostalgia el paso de los años, la llegada de la navidad y del fin de año, volviéndose de moda en todas las estaciones radiales aquellas canciones enquistadas en nuestra memoria y en nuestros corazones.
De la misma manera los almacenes de ropa y calzado, renuevan sus inventarios para atender la gran demanda de estos productos, propia de la temporada, queriendo exhibir en sus mostradores, lo último de la colección para cautivar a toda la familia. Lo mismo ocurre con productos de gran demanda para esta fecha como pavos, pollos y perniles de cerdo navideños, licores, anchetas, electrodomésticos, tecnología, joyas, maquillaje y accesorios.
Con la llegada de nuestras familias aumenta la emoción y nos vienen a la memoria bellos recuerdos de tiempos pretéritos, en especial los momentos de la celebración de la navidad, en la que nuestras abuelas y madres preparaban los más deliciosos pasteles y tamales, se compartía un placentero pavo navideño o muchacho relleno la noche de pascua, se comía dulce de nochebuena, natilla, buñuelos y otros ricos platillos. Qué no decir del día siguiente en el que, los niños amanecían con sus regalos de navidad y los vecinos compartían vino y galletas, departiendo amablemente con toda la familia esa vianda navideña.
Con el correr del tiempo, muchas de estas tradiciones se han ido perdiendo, llegando a niveles como el actual, en el que, casi ni almanaques entregan los almacenes, tiendas, restaurantes y supermercados a sus clientes, siendo este instrumento una estupenda guía del tiempo en el transcurrir del nuevo año, para ubicar las fechas especiales, como el cumpleaños de los miembros de la familia.