Hoy en día, los jóvenes, en especial en conciertos de música vallenata, gritan, son sus ídolos, los más sobresalientes cantantes vallenatos y de otros géneros musicales populares, pero estos estilos musicales lo que demoran son 3 o máximo 5 minutos, imagínense en comparación a una ópera, o de cualquier otro género musical, al que se le suele llamar, clásico, cuya duración son de horas, la ópera que menos tiempo dura, es de dos horas, hay óperas que demoran 3, 4 y 5 horas, lo que significa, para que miles de personas se mantengan sentados en una butaca, cuatro y cinco horas, se necesitaría y se necesita que el tema musical contenga mucha espiritualidad, coros con sonidos muy agradables al oído y una orquesta con alta armonía.
Se dice, que cuando el húngaro, Franz Liszt, comenzaba a tocar piano volvía frenético al auditorio, espectadores sufrían de lipotimia, otros de desmayos, era la locura, se le considera el músico más grande en cuanto a piano se refiere.
En siglos pasados, la música se sentía y se practicaba con mayor fervor, hasta el extremo, del hecho increíble que se hacían castrar con el fin de adquirir voces especiales, cuya práctica se extendió hasta el siglo XVIII, los que cantaban en la capilla Sixtina, eran castrados, y así se les denominaba, “Los Castrados” (se les suprimían los testículos, para evitar la segregación de hormonas o testosterona, para que no engrosara la voz a grados no apropiados para ser buenos cantantes). El castrado más famoso que se conoce en la literatura musical, fue Carlos Broschi (italiano), quién en su carrera musical tomó, el nombre de Farinelli, como agradecimiento a los hermanos Farinas, sus mecenas, Farinelli perteneció a la nobleza, aunque se dice igualmente que existió la posibilidad que fuera castrado por una enfermedad, probablemente contraída tras una caída de un caballo, pero la teoría más predominante, que se hizo castrar para pasar a la historia como una de las más grandes voces musicales que ha tenido la humanidad.
La música estuvo conectada con la iglesia católica y protestante, los grandes músicos eran o fueron contratados por las iglesias, pero mal remunerados, fue por ello que los grandes músicos escribieron famosas partituras de música eclesiástica, que hoy, como desde hace siglos, están en primera línea en los conciertos, que se dan en los principales auditorios del mundo, entre ellos, uno de los de mayor prestigio, la Scala de Italia, donde ha pasado un gran repertorio de grandes músicos, todos los llamados grandes, tuvieron presentaciones en la Scala, con las escuelas musicales renacentista y romántica, fue disminuyéndose la música eclesiástica, para dar paso a otros géneros musicales, con combinaciones de sonidos diferentes, uno de los grandes músicos ligado al culto religioso, fue Mozart, que para seguir a Bach quién escribió “La Misa en Si menor”, compuso su inolvidable réquiem, se dice que murió sin terminar el tema, en tiempos en que escribía la fascinante y compleja composición musical, presentía su muerte, por eso se asegura que la escribió para sí mismo, y en la cama en estado moribundo, cantaba parte de su obra en coro con su discípulo, Franz Xaver Sussmayr, se cataloga como la obra religiosa de música más grande que ha existido y se le fue tocada no en sus funerales, tal como aspiraba Mozart, sino en uno de sus aniversarios, y la concluyó su discípulo antes citado.
Los grandes músicos se inspiraban por cualquier hecho impactante que ellos experimentaban; cuando el músico Haydn estaba estrenando una de sus sinfonías, que tenía otro título o nombre, se cayó una lámpara central de enorme tamaño, y por milagro, cayó en un espacio vacío, no hubo lesionados, fue por ello que este músico le puso el nombre de “Milagro”.
En el concilio de Trento (dado en Trento, una ciudad italiana) , se debatió, entre otros temas, sobre que por sobrevenir composiciones religiosas con líneas polifónicas (superposiciones de voces y sonido) la hacían ininteligible, o acababan por no entenderse, como consecuencia de ello, para que los cantos fueran depurados a lo que se creía para la época una deformidad musical, el Papa Pio IV designó una comisión, encabezada por su sobrino Barromeo y el compositor italiano Giovanni Pier Luigi de Palestrina, (1525-1594) para agotar la posibilidad de salvar la música para las iglesias, porque estaban divididas las opiniones, unas que el Papa ordenara su terminación y otros que no, momento Palestrina, de su propia genialidad, y de su misma pluma escribió, la obra “Misa para el Papa Marcelo”, el Papa Marcelo II fue el número 22 de la lista de Papas, y como dato curioso solo gobernó la iglesia por 22 días, pues, fue nombrado el 9 de abril de 1555 falleciendo de un infarto al miocardio, el 30 del mismo mes y año, se invitó al Papa Pio IV, sin saber éste lo que tenían preparado ocultamente, y fue para que, en persona, escuchara la belleza composición musical de Palestrina, en el cual el pontífice quedó muy entusiasmado y comparó a palestrina con el mismísimo San Juan, o los grandes compositores Jesuitas del siglo XVII, fue por eso que la idea de ese concilio para acabar la música de las iglesias, no prosperó.
Gustav Mahler, otro de los grandes músicos de la historia, compuso sinfonías, la numero 8, se le llamó “De los Mil” y saben porque?, porque el empresario que gestionó su estreno, se dispuso que ese día fuera interpretada por mil músicos, entre orquestas, coros y solistas, Mahler, aceptó a regañadientes.
Ustedes pueden observar que en los artículos, salto de un tema a otros, y eso para mí no importa, la metodología no incide en nada con mi propósito; la de seguir en práctica con este estilo de periodismo, al que se le conoce como Periodismo Cultural, primero lo público en Facebook, más de las veces con errores, a la sazón me disculpo, pero son corregidos para después ser publicados en diarios regionales y además es una actividad que me gusta porque no solamente aprenden los que leen los artículos o refrescan memoria de lo que ya sabían, yo igual me instruyo, porque ello me obliga a consultar en buenas bibliotecas y a comprar buenos libros, no solamente a comprarlos, sino a leerlos y consultar a personas instruidas.