
Santa Cruz de Mompox, distrito turístico, cultural e histórico de Colombia y patrimonio de la humanidad, vivió un inédito e inesperado fenómeno de sobredemanda turística durante la pasada temporada de fin de año, que hizo colapsar la precaria oferta de servicios hoteleros y complementarios de la ciudad y su cotidiano funcionamiento urbanístico. Las calles estaban atiborradas de gentes caminando por su centro histórico y largas filas de carros parqueados se formaron a lado y lado de las mismas.
Según cálculos de la Secretaría de Turismo y Cultura de la Alcaldía distrital, la demanda hotelera de la ciudad sobrepasó el 120% de la oferta instalada, por lo que la hotelería formal e informal no dio abasto para atender decenas de familias provenientes del interior del país y de diversos lugares de la región Caribe, muchas de las cuales debieron dormir dentro de sus carros y otras en hoteles de El Banco y Guamal (Magdalena) y de Talaigua, Cicuco y Magangué (Bolívar). Los bancos también colapsaron. Sus pequeñas instalaciones interiores estuvieron atiborradas de personas que demandaban servicios y eran tan largas e inacabables las filas callejeras que se formaban en las únicas cuatro baterías de cajeros electrónicos existentes, que se entremezclaban unas y otras bajo un tórrido sol equinoccial que anunciaba el pronto advenimiento del año nuevo.
Sin duda alguna, la habilitación de los puentes Yatí – Bodega, que ha convertido la vía transversal de la depresión momposina en el principal corredor vial entre el interior del país y las ciudades del litoral caribe, y la intensiva campaña de promoción nacional e internacional de Mompox como destino turístico promovida por la Alcaldía distrital, la gobernación de Bolívar y el gobierno nacional, generaron un fenómeno de sobre-demanda turística que colapsó rápidamente la pequeña oferta hotelera y de servicios complementarios de la ciudad.
Este buen suceso para la economía local y subregional, empero, constituye un campanazo de alerta para las autoridades distritales, departamentales y nacionales, y también para el sector privado, en cuanto a la necesidad de aumentar la oferta de hoteles y restaurantes, sitios de recreación, puestos de información turística, grandes plataformas de servicios instaladas en las afuera de la ciudad, más capacidad instalada de servicios de telecomunicaciones, más cajeros electrónicos, más parqueaderos públicos y privados y un mejor sistema de información y orientación al turista para aprovechar de mejor manera este benéfico impacto.
Se necesita, también, mejorar los accesos viales norte y sur de la ciudad; la construcción de una terminal de transporte; la habilitación de amplias zonas de parqueo en el sector del Nuevo Mompox (entre carrera 5ª y 12); la instalaciones de nuevas y más grandes superficies de almacenes; la multiplicación de centros de servicios al transporte terrestre; la diversificación de los atractivos turísticos de la ciudad dando paso al turismo rural y ecológico y promover la inversión en hotelería y restaurantes campestres, entre otras iniciativas.
La demanda turística hacia Mompós va en incremento y va a ser permanente, por la cada vez mayor importancia del corredor vial de la depresión momposina. Por tanto, los picos altos (fin de año, semana santa, mitad de año, Festival del Jazz y “Semana de Uribe”) van a ser cada vez más prolongados hasta convertirse en permanentes. La rehabilitación del brazo de Mompox y la llegada semanal de cruceros fluviales, aumentará este cálculo predictivo. Por lo tanto, la invitación es a apostarle a Mompox como ciudad del futuro.