Cuando mi hija mayor terminó el bachillerato, como era natural en esos años, nunca pensé que estudiaría medicina cuan equivocado estaba y grande fue mi sorpresa cuando me comunicó que quería estudiar aquella carrera. No le respondimos su madre y yo si estábamos de acuerdo con su determinación.
Solo unos días después y luego de analizarlo la llamé y a solas mediante un dialogo reposado y sereno al hacerle la pregunta si realmente quería estudiar medicina, comencé por explicarle lo duro que era el estudio de esta carrera que implicaba muchos sacrificios siendo uno de estos y quizás el principal para ella como mujer que consistía en renunciar la vida social durante el estudio y después durante su ejercicio.
Su respuesta fue contundente, me someteré a todos los sacrificios que demande dicho estudio – fue su respuesta – pues quiero seguir tu ejemplo siendo un profesional de esa carrera tan hermosa que se basa en conservarle la salud a los seres humanos, prevenirles aquellas enfermedades que sean previsibles y hasta donde pueda como ser humano, salvarles la vida.
Al decir verdad, como nuestros primeras hijos fueron mujeres, yo interiormente lamentaba que ninguno de ellos o ellas, siguieran la carrera que para mí ha sido lo más hermoso que me haya sucedido en la vida, pues bendigo a mi Dios al recordar aquel día que, paseándome por los pasillos del edificio de la Universidad de Cartagena, al ver a través de una ventana un esqueleto humano colgando, me despertó la curiosidad de saber para qué y porque estaba allí dicho esqueleto. Mucho tiempo después pude darme cuenta, que así nació mi vocación de ser médico
Mi hija mayor culminó sus estudios de medicina y luego se especializó en Oftalmología en la Clínica Universitaria de la Universidad de Navarra España; profesional exitosa ha ejercido su especialidad en Barranquilla, Eran otros tiempos cuando la medicina era una carrera de las llamadas “liberales”, hoy como lo dice Isabel Allende célebre escritora chilena en su libro: MI PAIS INVENTADO en la página 80 “Desde que se privatizó el sistema de salud y los medicamentos son un negocio inmoral…”.Concluyo diciendo que actualmente si un hijo mío o pariente cercano me dijera que va a estudiar medicina, le recomendaría que lo pensara bien.
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