Ya estamos en diciembre. Tan rápido pasa el tiempo que cuando menos pensamos llegó el mes donde los sentimientos de alegría se mezclan fácilmente con la nostalgia de aquella niñez que muchos dejamos hace rato y que se revive cada que escuchamos villancicos o música de esta época.
Muchos dicen que es el mes de los niños, claro porque corresponde a esa etapa de vida que encuentra en los avatares de la vida como un oasis transfigurado en el pesebre, los regalos, la comida y en el ambiente de campanas, luces, colores y calor humano.
Hablar de Navidad en el concepto de la tradición es referirse al reencuentro con la familia, con los amigos, unos presentes y otros que repatriados de cualquier lugar de Colombia, que retornan para compartir todo lo que tiene sabor a diciembre y que se disfruta en un ambiente de paz, de confraternidad y de bienestar.
Pero cómo no refrescar la memoria transportándonos aunque sea por instante a la infancia, a esa infancia que ya no vuelve y que fue demasiado tranquila, humilde pero repleta de sana alegría cuando nuestra mayor ilusión era hacer sonar en la iglesia o en las pasadas los pitos que los papás o nosotros mismos elaborábamos con pedazos de junco delgado y que en el pueblo le dieron el nombre de ‘guaguas’.
Era una manifestación festiva en donde la alegría se apoderaba de los niños que por donde iban disfrutaban al máximo de esta gran celebración. Pero que hoy también le damos paso a la nostalgia que invade corazones, sobre todo de personas que a este tiempo ya transitan por la tercera edad.
Y claro la nostalgia que se describe como un sentimiento de anhelo por un momento, situación o acontecimiento del pasado. Es justamente lo que la gente experimenta, pero que es una vivencia de la que nadie se escapa. Por eso en diciembre se ahonda más cuando hay ausencias y la música retoca ese dolor que se traduce en lágrimas.
Temas como Navidad sin ella- Falta uno, Amarga navidad entre otros nos trasladan a ese santuario de los recuerdos, que difícilmente se nos podrán borrar de la memoria y que siempre prendidos los llevamos en el corazón.