La comunidad internacional fija parámetros para el final de la cuarentena en varios países.
El próximo desconfinamiento en varios países incluirá una serie de medidas para impedir un repunte de la pandemia del coronavirus, como las pruebas diagnósticas, la cuarentena para los contagiados y el seguimiento de quienes estuvieron en contacto con los infectados.
Una de las condiciones indispensables es contar con una «capacidad de pruebas a gran escala», subraya una hoja de ruta publicada esta semana por la Unión Europea para preparar el aligeramiento del confinamiento.
Realizar estas pruebas de forma masiva, como hicieron Corea del Sur y Alemania -dos de los países que mejor combatieron la epidemia-, permite detectar los casos positivos, inclusive los asintomáticos, y aislarlos para evitar el contagio.
Estas pruebas llamadas RT-PCR permiten saber si una persona está infectada en el momento de someterse al test, que consiste en extraer una muestra del paciente introduciendo profundamente un hisopo en la nariz.
También se están desarrollando tests serológicos para determinar posteriormente si un individuo estuvo en contacto con el virus detectando la presencia de anticuerpos, la respuesta del sistema inmunitario. Estos servirán para establecer la eventual inmunidad del paciente y evaluar el porcentaje de la población infectada.
Rastreo de contactos
El contact tracing (rastreo de contactos) es indisociable de los tests: cuando un enfermo da positivo, hay que hallar a las personas que estuvieron en contacto con este para hacerles la prueba y aislarlas también si están infectadas.
Este procedimiento puede pasar por aplicaciones móviles, que plantean no obstante cuestiones éticas sobre las libertades individuales.
«El uso de estas aplicaciones móviles deberá ser voluntario, basarse en el consentimiento de los usuarios y respetar plenamente las reglas de la UE sobre vida privada y datos personales», según la hoja de ruta europea.
Pero la tecnología «no puede arreglarlo todo», advierte el presidente del comité científico que asesora al gobierno francés, el doctor Jean-François Delfraissy.
«Corea del Sur utilizó la tecnología», pero «el capital humano estaba detrás», con «una brigada de 20.000 personas» para gestionar el contact tracing, dijo Delfraissy.
Otro criterio ineluctable, según la UE, es que los sistemas de salud sean capaces de absorber el aumento de casos que provocará la primera etapa del desconfinamiento, en términos de números de plazas en los servicios de reanimación y disponibilidad suficiente de medicamentos.
«Una salida exitosa del confinamiento será primero evitar una saturación de los hospitales», dijo a la AFP Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra.
Personas frágiles
Sigue habiendo una incógnita respecto a los individuos más vulnerables frente al coronavirus, como los ancianos, los enfermos de otras patologías y los obesos. ¿Seguirán confinados?
«La tentación simplista que consiste en gestionar (el desconfinamiento) por franjas de edad e imponer a las personas mayores el confinamiento en nombre de su propia protección no es satisfactoria», según la Academia de Medicina de Francia.
Señalar a «las personas mayores, en situación de handicap y enfermas de males crónicos es comprensible para un estadístico, pero las personas concernidas lo pueden vivir mal», aseguró la Academia.
«¿Cuál debe ser la edad límite? ¿Qué enfermedades crónicas hay que tener en cuenta? ¿Qué grado de severidad? (…) ¿Cómo evaluar el riesgo individual frente a la diversidad infinita de las situaciones clínicas?», planteó.